Un lugar donde un hombre de Florida (Uruguay), la capital de la Piedra Alta, cuenta de todo un poco, sobre su pueblo, su vida, sus viajes, su familia y más que nada, sobre su Florida natal. Tambien mucho sobre mi querido Camino de Santiago.



Wednesday, October 14, 2015

La partida… Justo León Galán. (25/Aug/2015)


Eran las seis de la mañana cuando sin necesidad de ningún despertador, ya estaba en pie, toda la noche me pase despertándome casi cada hora, la ansiedad de salir al Camino se había apoderado de mí. Las botas junto a la mochila saltaban solas, el bordón repiqueteaba y yo me retorcía de ganas de salir. Pero había que esperar las primeras luces, el Camino me gusta verlo, es la mejor forma de disfrutarlo.
Esta Plaza generalmente atiborrada de gente, me esperaba solitaria para despedirme.

A las seis y media no me aguante más, cargue el macuto sobre mi espalda y me dirigí hacia la Plaza Mayor de Salamanca, donde comenzara la historia y el Camino. A esa hora las barrenderas y lavadoras de calle eran las reinas del lugar. El brillo de las luces sobre el piso mojado del majestuoso lugar, le dan una apariencia casi fantasmagórica, parece que la han preparado solo para mí. El entusiasmo me lleva a comenzar a caminar aunque la madrugada todavía esta oscura, son varios los kilómetros que debo hacer por ciudad antes de llegar a los descampados, así que adelante y a la ruta.

Los primeros kilómetros fueron muy cansadores, primero dentro de la ciudad y después por el arcén de una carretera muy transitada y donde los coches se desplazan a muy alta velocidad. Finalmente viene un respiro, cuando antes de llegar a Aldeaseca, comienza una senda de tierra por entre campos de forraje.
Larga y ondulada la ruta parece no terminarse nunca.

No hay un solo árbol, el sol a eso de las nueve empieza a golpear las espaldas con sus rayos que ya calientan mucho. Son las primeras horas de Camino y me encuentro feliz, ya no más planes, voy paso a paso y más contento que perro con dos colas. Son unos treinta kilómetros hasta Cubo del Vino y los pienso disfrutar a pleno.

A lo lejos se ve un pueblo, más que nada su iglesia, pero como la senda es ondulada como galope de gusano, la imagen aparece y desaparece como si fuera un espejismo. Ya estoy de a poco llegando a la mitad de la ruta planeada para hoy y en buen tiempo, así que me decido a hacer una parada para tomar un refresco y quizás comer algo antes de continuar.

La iglesia parroquial en honor a Santa Elena, corresponde en su conjunto al siglo XVI.
Frente a la iglesia, en lo que creo es la Plaza Mayor de Calzada de Valdunciel, me encuentro con un elegante caballero con el cual entablamos una conversación. Él ya ha hecho el Camino Francés y grandes trechos del La Vía de la Plata, por lo tanto, como es común, la charla entre peregrinos se empezó a alargar. Me conto de sus viajes, de su pueblo y me invito a caminar hasta el albergue que su comunidad ha abierto muy cerca de donde estamos conversando. Todo el pueblo en pleno está totalmente orgulloso del hermoso espacio que han dedicado a los peregrinos que pasan por aquí.  

Albergue de peregrinos de Calzada de Valdunciel. Un esfuerzo comunitario.
Caminando a tranco lento y sin dejar de hablar, llegamos frente al albergue,  que realmente de afuera se ve muy lindo. Sin darme cuenta, se me estaba yendo el tiempo a pasos agigantados, tenía que seguir o la llegada al fin programado de la etapa, se iba a hacer muy tarde. Me despedí del peregrino y a paso rápido me dirigí hacia la salida del pueblo que estaba a poca distancia… Justo León Galán…

Cuando me iba apresurado un nombre me vino a la mente, Justo León Galán, este buen señor es un peregrino que hace pocos meses atrás hizo toda la Vía de la Plata, hasta Astorga, después desandando sus pasos hasta Granja de Moreruela y siguió hasta Santiago por el Camino Sanabrés, su forma de hacer caminos es sin prisa, con pausas y sin planes. Él va donde lo lleva el Camino sin mirar el calendario o el reloj. Inspirado por ese recuerdo, me di vuelta para quedarme en el albergue que recién había visitado y disfrutar un poco del resto del día y de lo que este pueblo pueda tener para ofrecer a un peregrino curioso y sin apuros. Ahí me di cuenta que de aquí en adelante me dejare llevar por los caprichos del Camino y que llegare allí cuando pueda y como sea. Gracias Justo León Galán, recién hoy aprendí tu lección, pero es muy buena.

El albergue colmo todas las expectativas, limpio, amplio, bien equipado y muy pero muy majo, para completar, horas después de haberme establecido, llego al lugar María, una peregrina vasca de la cual les contare en la próxima.

Hasta ti Santiago S D’Q.


Aldeaseca de Armuña


Lo invite a venir conmigo pero se sospecho que le iba a cargar la
mochila y dijo NOOOO.


















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