Las etapas
que nos llevaron a Palas do Rei y Arzua, con el tiempo se han fundido en mi
mente como una sola, los kilómetros recorridos, se amontonan y es difícil separarlos.
Solo mirando las fotos y viendo que aparecen noches entre medio, me comienzo
poco a poco a recordar.
Lo que no
se ha borrado de ninguna manera, son los olores de Galicia, tan parecidos a los
de mi misma tierra. La cantidad de Hórreos que adornan casi todas las casas por
las que pasamos, los interminables montes de eucaliptus, que me llevan a mi niñez
a los montes del Viejo Luca, por donde cruzábamos con mi hermano para ir a visitar
a mi tía Juana.
Ermitas de
piedra, centenarias y sencillas iglesias que de puertas abiertas de par en par,
te invitan al regocijo espiritual y que, por momentos es el único refugio del
bullicio y la montonera de peregrinos y turigrinos que parecen multiplicarse exponencialmente.
Puentes armados
por simplemente rocas gigantes que apoyadas sobre el lecho del rio, te hacen
acordar las calles de Pompeya, de ruinas que no lo son, piedras cubiertas por
el musgo del tiempo y que muestran la típica patina del uso centenario.
Animales de
granja de todo tipo y colores, infaltables vacas rubias, o como les llamaba mi
abuelo Aniceto, “vacas antiguas”. Cada paso que daba, me ponía más melancólico,
se repetía mi pueblo y mi vida de pueblo, en cada curva del sendero. Pensaba en
lo fácil que había sido para los emigrantes Gallegos que llegaban a Uruguay, el
acostumbrarse a nuestro país. Ellos se habían traído su país y costumbres a cuesta y lo habían desparramado en nuestro
territorio.
Las diferentes
parroquias o poblados se sucedían uno tras otro y los marcadores de kilómetros que
faltaban para llegar a Santiago, anunciaban que se acercaba el final, que por
ahora no queríamos que llegara.
En Melide, volví
un poco a la realidad cuando encuentro a la banda de amigos, comiendo pulpo y deleitándose
con esa especialidad de la zona. Comí descanse, tome unos vinos, me cure los
pies que me venían torturando y retome el Camino otra vez como hipnotizado.
Palas do
Rei, un pueblo mas, con la única peculiaridad, que la Plaza Mayor, es techada y
Santiago cómodamente abrigado saluda por sobre el piso de cemento. Una fuente, también
bajo techo, se ve completamente fuera de lugar. No lo entendí, pero como llovía,
Jordi y yo nos sentamos un rato ahí, antes de regresar al albergue. Simplemente este pueblo no tiene, para mí, ni
fu ni fa.
Todavía no había
amanecido, cuando me hice a la ruta, quería estar fuera del pueblo y entre los
campos y animales antes de que el sol removiera el avispero. No había caminado
10 minutos cuando una nueva horda de gente, me superaba a los gritos y sin
mochilas. Seguí a mi paso, nuevamente trate de entrar en el trance del día
anterior, para disfrutar lo que me gustaba e ignorar todo lo molestoso de la
muchedumbre.
Entre en
toda iglesia, ermita o cementerio que encontré, para disfrutar la paz, me senté
a orillas de varios riachuelos y sin prisa, me dedique a llegar a Arzua, donde
nos reuniríamos para celebrar el cumpleaños de Hank, el alemán, aquel que en
Hontanas, me había dado su litera de abajo, cuando yo ya estaba por dejar el
albergue cuando me entere que tenía que dormir arriba.
Los kilómetros
ya le habían dicho a mis botas que no las querían ver más. Las pobres ya todo
rotas y desvencijadas, no querían dar un paso más y mis pies, cada vez mas
sintiendo su tortura, estaban de acuerdo en que ellas no pasaban de aquí, que tenían
que ser condenadas por abandono de trabajo. Les saque los cordones y las plantillas
de gel, como quien recoge despojos después de la batalla y ahí quedaron.
Mi mente ya
estaba en temprano a la mañana, saldría con muy fieles y antiguas Nike, que
serian las que me llevarían hasta el pie del Santo. Después de una buena cena y
los canticos celebratorios, me fui temprano a la cama, algo me decía que mañana
iba a ser un día muy especial.
Por hoy los
dejo, nos queda tan poquito, Santiago de Compostela esta a 42 kilómetros y
hasta ahí no paro. Hoy muchas fotos, si quieren verlas todas y están leyendo
esto en www.floridaonline.com , vayan
después a www.elcorraldeltordillo.com , ya que el Dire no siempre tiene espacio
para ponerlas todas.
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