Albergue Jacques de Molay en Teradillo de los Templarios. |
Transcurría
el año 1119 cuando Hugo de Payens y un puñado de caballeros franceses, comenzaron a
fundar esa orden, que a través de los siglos ha dado que hablar, muchas veces exaltándola
y más veces injuriándola. En realidad lo que nació como resultado de la Pimera
Cruzada, con la intención desde el principio de proteger a los
peregrinos que se dirigían a la Tierra Santa y también de ser los
hospitaleros, tratando de brindar confort y cobijo a los que a pesar de todos
los peligros que el viajar representaba, sin miedo y con fe se dirigían a
conocer El Santo Sepulcro y a caminar en los pasos de Cristo y sus discípulos.
El rey
Balduino I, le brindo alojo a esta nueva orden religiosa/militar, en el mismísimo
Templo de Salomón, desde allí se fueron extendiendo, desandando su camino desde
Jerusalén a Paris y por ende a toda Europa, con especial fuerza en la península
ibérica, donde las raíces familiares de la mayoría de esos caballeros, eran
profundas y bien arraigadas en la familias nobles y reales de la época.
Al
principio se les veía como una bendición, ya que los reyes y reyezuelos, no tenían
o no querían disponer de muchas fuerzas para la protección de las rutas, que al
principio eran peregrinas, pero cada vez se volvían más comerciales.
Castillo de los Templarios en Ponferrada |
No por
casualidad, los primeros castillos y fortificaciones donadas a la orden, eran
donde las fronteras de guerra con los musulmanes eran más peligrosas y
batalladas. En sí, era la esperanza de las casas reales, de que estos amantes
de Dios y de la Guerra, los protegieran a ellos de los avances de “los moros” y
fueran la primera línea de lucha en la deseada “reconquista”.
Pero como
siempre… de a poco esta orden fue creciendo aceleradamente, sus posesiones eran
cada vez más bastas, lo que empezó a preocupar a los reyes y mercaderes de
siempre. La independencia religiosa que la orden había ganado con la aprobación
de los sucesivos vicarios de la iglesia, por más de 150 años, comenzó a
molestarle a los Papas y sus mercaderes del espíritu, que veían que tenían un
aliado al que habían fomentado y apoyado, pero que de a poco se estaba tornando
más fuerte que ellos.
Como ninguno
de las partes veía con buenos ojos el progreso de la Orden Del Templo, pero
tampoco se sentían con la fuerza militar para derrocarlos y hacerlos
desaparecer, comenzaron con los rumores y la acusación sobre la moral de la
orden y sus templarios. Herejía, sodomía, homosexualidad, traición y rebeldía,
fueron las palabras que se empezaron a utilizar cada vez que surgía la
oportunidad. Eso en la península ibérica, patria de nacimiento de la inquisición,
era más fuerte que las espadas y las escuadras de soldados.
Tanto el
rey de Francia, que estaba endeudado económicamente con la Orden, debido a que
era la que había pagado el rescate exigido para la liberación de Louis IX (San
Luis) después de la fracasada séptima cruzada. El rey estaba sin fondos y tenía
que pagar la abultada suma a los templarios.
El Papa
Clemente V, que ya había perdido hacia tiempo control de los Santos Lugares, no
tenía ningún interés en seguir apoyando o usando a los templarios, se dejo
convencer, sin mucha resistencia, a ayudar a eliminar al enemigo común. A través
de unas bulas papales, ordeno la disolución de la Orden, por toda Europa, reyes
reyezuelos, obispos y todos sus entenados, por sorpresa comenzaron a apresar
templarios y torturarlos hasta que confesaran sobre el sacrilegio y los ritos
secretos que practicaban.
Los que
pudieron se resistieron en sus fortalezas, otros llegaron a admitir todas las
acusaciones que se les hacía, para salvar el pellejo. Entre ellos estaba
Jacques de Molay, último Gran Maestro de la orden, que primero admitió todo lo
que decían, pero después lo desmintió, cosa que lo convirtió en hereje
reincidente, algo que se penaba con la muerte en la hoguera.
Jacques de Molay ultimo Gran Maestro de la Orden del Templo |
Y yo
pensaba, como peregrino y como católico, solo puedo justificar estos momentos
turbios de la iglesia y de la historia, pensando que son cosas de los humanos y
no del Creador. Solo la fe en un Dios que nos dio libre albedrio y una mente
para dilucidar entre lo humano y lo divino, me pueden mantener en el camino de
la religión.
En estas épocas,
todavía hay varias organizaciones que pretenden ser la continuidad de aquella
vieja orden protectora, en Manjarin hay un albergue templario, en diferentes países hay
gente que se precia de usar la “cruz roja”
o el manto blanco. Otros opinan que la masonería
nació con la Orden en el Templo de Salomón, pero todos se aferran a la parte protectora,
solidaria y hospitalaria de la historia.
Yo me pregunto
¿Cuál será la verdad? Porque como ya se sabe, la historias de las guerras y
confrontaciones, generalmente la escriben los que ganaron.
Pese a todo
lo humano que ha conspirado a través de la historia para alejarnos de la Fe, yo
sigo para adelante… y con Fe, hasta Santiago no paro.
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