Una señora
ya llevando sus años, quizás los mismos que yo, había partido desde St. Jean de
Pied du Port, sola, más bien rellenita y quizás hasta un poquito distraída. En
el albergue de Roncesvalles le adjudicaron una litera de arriba, lo cual para
ella era dificultoso, el subir y bajar se volvió una tarea peligrosa para la
peregrina. La intención de ir al baño durante la noche, termino en una caída bastante
ruidosa y dolorosa.
A pesar de
todo esta sueca era dura y no se entregó, la vi caminando rumbo a la segunda
etapa despacio y en evidente dolor. Esa noche otra peregrina, le brindaba
masajes al dolorido cuerpo de la valerosa señora. Su cuerpo estaba morado por todos
lados y era evidente que se le iba a dificultar el seguir en el Camino, pero
contra todo pronóstico ella no aflojaba. Durante los próximos días, como no sabíamos
su nombre, entre nosotros la llamábamos “la machucaaa”.
“La cagaaaa”,
una jovencita hippie total, sus pantalones eran de esos de los que los
fundillos cuelgan como pañales mal puestos. Su caminar de piernas separadas y
su aspecto poco pulcro, llamaba la atención, pero el nombre surge cuando una mañana
la vimos varias veces comiendo frutos silvestres a la vera del camino, verdes o
maduros no le hacía diferencia, ella se comía todo, cerca del mediodía, se ve
que el cuerpo no aguanto más, la última vez que la vi, fue a lo lejos, ella
estaba en el bosque, agachada, me imagino que no estaba buscando leña.
“la
destartalaaaa”, era una abogada inglesa, esta chica era enorme, debería medir
cerca de los dos metros y de cuerpo pesado, pero caminaba con una velocidad que
no estaba de acuerdo a su estructura física. Daba gusto verla caminar sola,
desde lejos se veía una figura grande y de poca coordinación, pero que se
adelantaba a nosotros y a casi todos los otros peregrinos, lo raro era que a
cada paso parecía que se iba a desarmar y caerse a pedazos.
Tanto Jordi
como yo veníamos con problemas intestinales, en una de las etapas paramos en un
pequeño bar para descansar, tomar algo y prepararnos para el resto del día. La mayoría
del grupo con el que usualmente viajábamos estaba ya ahí. Tenía urgente
necesidad de ir al baño, el del bar era bien pequeñito y sin ninguna ventilación,
casi no lo uso porque me daba vergüenza de las consecuencias para mis amigos,
ya que estaba a un metro de la mesa donde todos se reunían, pero no tuve más
remedio que usarlo. Al salir un chico que veía por primera vez, está esperando
para entrar, por cortesía, le digo que no le recomendaría que entrara
enseguida, que era zona contaminada, pero se ve que se lo tomo a broma… dos
minutos después salía a la disparada del bar, su cara morada me decía que no había
respirado por varios minutos. Días después en el albergue de León, cuando llego
a la litera que me habían asignado, mi vecino era “el moraooo”, me miro, ni me
saludo, junto sus cosas y se ve que se fue a otro albergue. Nunca más lo vimos.
“Manupedia”,
Manuel era un tipo re simpático, servicial, conversador, solidario y más que
nada era un gusto viajar con él, pero… Manu sabia todo, era o pretendía ser el
hombre más informado del planeta, a las pocas de conocerlo ya le comencé a
llamar “Manupedia”, se lo merecía.
Y así, un montón
mas de personajes que fuimos conociendo y bautizando a nuestro gusto, pero no
en una forma despreciativa, sino más bien como haciéndole un homenaje a lo que
nosotros creíamos que era sus atributos más importantes. Es decir era una
caricatura literaria.
Estos
personajes siguieron apareciendo a diario en nuestro Camino, y en los próximos días
irán haciendo presencia en estos relatos… ¿Cómo nos llamarían a nosotros?
Javi, Valentina y mi "perrogrino" favorite. |
El "burrogrino" y su amo. |
Jordi, Ana y Yo. Ana era como un fastasma, aparecia y desparecia cuando menos lo esperabas. |
Jordi, Manupedia,YouYoung y Sandra. |
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