Saturday, January 25, 2014

Hola, soy Dumas, el "perrogrino".



 

El Camino de Santiago se llena de peregrinos, yo, Dumas, soy un “perrogrino”, les voy a contar un poco de mi viaje, pero como soy de pocos ladridos y además me cuesta mucho manejarme con el teclado, se los contare con fotos. Dicen que una fotografía vale más que mil ladridos.
Salgo desde Pamplona y llevo conmigo a Valentina y Javi, no sé si aguantaran, son medio flojos, pero recemos y tratemos de llegar a Santiago de Compostela en Buena salud y de buen humor.
Debo de haber hecho el doble de kilometros que Uds., porque no paro
de ir de atras para adelante y viceversa. O Cebreiro lo subi tres veces.
Si dije recemos, los perrogrinos también tenemos nuestro lado espiritual, aunque cueste creerlo
A Javi le sobra la pinta de aventurero, hasta que lleguemos a un bar y se prenda a las cervezas frias.
 

En un pueblito se dio para bailar, la banda del lugar amenizaba la funcion, Alberto,
se prendio de Albi y no la soltaba, yo me tuve que conformar con bailar con
Javi, que es muy duro. Jordi como siempre con su telefono, ni bola que nos dio.


Aqui  Valentina quedo linda , pero siempre le tengo que repetir
que se sonria para la foto. Ya va a aprender.
Albi me queria seguir el paso, pero no fue facil.
Me dijeron que habia liebres, pero yo no veo ninguna, me van a tener que comprar comida.
Yo me aseguraba que no hubiera peligro en el camino, siempre alerta.
Que burro que eres...no te espero mas, te veo en Hontanas.
En el Camino me encontre con otros perrogrinos y tambien
con este burrogrino.
Anda Javi, estoy cansado de esperarte...que lento que eres.
Ustedes mucho besos, y a mi que camine como un perro,,,,naaaa
En mi entrada triunfal a Santiago, toda la barra me hizo de escolta...creo que venian cansados.
Para que no se sintiera mal, le deje elejir el rumbo a Javi, menos
mal que me di cuenta a tiempo, si no terminamos en Andalucía.
Yo los traje hasta Santiago de Compostela y cuando se sacan la foto casi me dejan
afuera. Pero si amplian un poco, me encuentran entre las mochilas.

Para completar, después de todo el sacrificio, no solo que no me dejaron entrar a la iglesia, sino que cuando voy a la oficina de Peregrinos, no me quisieron dar la Compostela. La verdad que me dolió un poquito, pero me sobrepuse pensando en el hermoso grupo de amigos que hicieron de mi travesía, un Camino inolvidable…
Los dejo, sigan con Alberto, que él les va a seguir contando cosas y me dijo que …hasta Santiago no para.

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