Thursday, January 30, 2014

El Canal de Castilla y Tres Velas.

 
La noche en el albergue Titas, fue muy buena, la comida y las comodidades de este lugar que fue abierto en Junio de este año, y la atención de los propietarios, fueron de primera categoría. El lugar tiene espacio solamente para once personas, cuando llegamos con Jordi, éramos los números once y doce, por lo tanto uno de los dos tenía que salir a buscar otro alojamiento, con un poco de simpatía y exageradas muestras de cansancio, logre convencer al propietario que me dejara dormir en en cualquier lugar. En el segundo piso, en una pequeña área de descanso, junto a un sofá muy acogedor, pero corto, estire mi esterilla  y dormí como un lirón.


La madrugada y el sol tempranero nos dan una bienvenida Hermosa en el
sendero a la vera del Canal de Castilla.
La madrugada se despertó hermosa, temprano el sol nos acompañaba, mientras caminábamos a la vera del Canal de Castilla. Un recorrido muy placentero, tranquilo, donde el canto de los pájaros animaba la mañana. Yo me sentía con una fortaleza impresionante, al punto que muchas veces durante el día, fui yo el que marco el Camino, cosa que generalmente era la labor de mi compañero de viaje, Jordi, que siempre con su paso más ágil, me dejaba atrás. En Fromista, tomamos un café, y aprovechamos para despedirnos de Carlitos, el de la bicicleta sin pedales, que desde allí regresaba a su casa. Con la barra se saco fotos, se dieron abrazos y a Albi se le cayó alguna lagrimita. Raul se la seco en cuanto Carlos se fue.
 
De ahí en adelante, siempre caminando a la vera del agua, hicimos camino por frondosos y verdes senderos. Javi con Valentina y Dumas, jugaban y se divertían mientras caminaban, Dumas con arrastraba un gran palo, el también quería tener su bastón de peregrino. Corría lo dejaba, volvía, lo arrastraba y volvía a correr y a dejarlo. Era divertido verlo como disfrutaba.

El verde y el agua, hacen la ruta placentera, una cantidad enorme y variada
de aves, nos brindan la musica que marca el ritmo de viaje.
Yo hacía rato ya que venía pensativo y meditativo, en la mente traía a mi gran amigo Walter e Isabel, quienes me había regalado el bastón que me acompañaba y una hermosa medalla de la Virgen de Lourdes, que yo orgullosamente había puesto en el frente de mi boina. Salí de Toronto con la firme decisión de prender una vela en su nombre y el de su familia, cuando llegara a Santiago de Compostela. Pensando en Walter, venia evaluando cuales eran las posibilidades de llegar al fin del Camino, cada día que pasaba me sentía más fuerte, física y espiritualmente. Las chances de encender la vela eran buenas.

A la distancia, como una visión, entre los árboles se divisaba una iglesia de gran porte, de a poco me acercaba más y la veía majestuosa en una pequeña altura a la izquierda del rio. Una carretera y un puente, marcaban el final del trecho junto al Canal, Jordi me alcanza en ese preciso momento y juntos, nos dirigimos a la iglesia.

Ermita de Nuestra Señora del Rio.
Si en algún lugar del Camino, uno tiene la oportunidad de pensar en su familia, los amigos y de aquellos que queremos, este es el lugar ideal. Esta iglesia solitaria, en el medio de la nada, parece que fue puesta ahí para recordarte que este es un peregrinaje espiritual.

Interior de la Ermita de Nuestra Señora del Rio.
Hay pocas cosas más lindas que entrar a una iglesia vacía. Entramos, me senté en un banco y perdí noción de todo lo que me rodeaba, la paz y el silencio del desierto lugar, se apoderó de mí, no sé si me puse a rezar o simplemente me deje llevar por el momento. Una tranquilidad total me colmo el espíritu, no sé cuánto tiempo estuve desconectado de todo, puede haber sido un minuto o quince, lo único que sé, es que era la primera vez en la vida que sentía tanta paz interior y que me daba cuenta.
Tres velas.
Cuando reaccioné, me pare como sonámbulo, me dirigí al altar, una cantidad de rojas velas encendidas, marcaban el primer escalón del altar. Ahí en el centro, en el piso, encendí tres velas, por mi Familia, por la Familia Bizera y por Valeria Tejera, una amiga floridense a la cual le había prometido una vela en Santiago, a cambio de una que ella encendería por mí en San Cono.

Quizás me apresure, porque todavía falta un trecho para Santiago, pero le juro, que mi pensamiento en ese momento fue, que Dios que está en todas partes, con más razón, tiene que estar en un lugar tan sereno como esta iglesia. Y como está rodeado de una soledad absoluta, las plegarias tienen más chance de ser escuchadas.
De ahí en adelante la ruta se me volvió indiferente, mi mente estaba en otras cosas, el llegar a El Carrión de los Condes, era simplemente la acción de poner un pie delante del otro y seguir caminando.

La ciudad a la que llegamos, merece un capítulo aparte, que después les contare, por ahora los dejo, pero no se vayan lejos, que hasta Santiago no paramos. 
Este tipo de areas de descanso se repiten varias veces a lo largo del Camino.

Antes de entrar a Fromista curzamos un puente sobre las esclusas del Canal de Castilla

Estas esclusas centenarias, se usaban hasta mediados del siglo pasado, para
llevar los granos y productos de las zonas cantabricas, hacia el sur. Se transportaban
en barcazas tiradas por bueyes o caballos, que se desplazaban por donde ahora nosotros caminamos.
Desde St. Jean de Pied du Port hasta el final del Camino, las imagines de
peregrinos, se encuentran plasmadas en todo tipo de materiales y de estilo.

Estos canalrs de riego, son la marca mas peculiar y repetida de la zona.
Esta puerta de hierro forjado con sus hemosas mariposas, me hicieron acordar
de mi amiga Anahi Caballero, que le encantan las mariposas.
Al frente de esta solitaria ermita, de la cual no recuerdo el nombre, una hermosa
fuente, nos brindo su agua pura y fresca.

Ultima vista que tenemos del Canal de Castilla que ha sido nuestra guia durante
casi toda la trayectoria matinal.
Estas grandes piedras de Molino, hoy sirven un proposito diferente.

Sunday, January 26, 2014

Los mineros. Por Jose Almeida.

Esto lo copio y pego del Facebook de Jose Almeida, el hospitalero que conocí en Tosantos, que además ha publicado varios libros sobre El Camino y sus caminantes. Me trajo a la mente un montón de peregrinos, para los cuales yo tenía un nombre no tan simpático, y a los cuales Jordi detestaba con todas sus ganas de dormir.


Los mineros

Después de una dura jornada caminando, cuando el cuerpo parece que está a punto de resquebrajarse y romperse por todos los lados, llega el momento de dar por finalizada la jornada y comenzar a recuperar esas fuerzas que se han ido perdiendo.
Una ducha y la alimentación necesaria permiten recuperar gran parte de las energías que hemos dejado caminando, pero es el descanso el que nos permite recuperarnos por completo y proseguir una nueva jornada con garantías.
Si el cansancio ha sido excesivo, en ocasiones cuesta mucho conciliar el sueño ya que todos los músculos y articulaciones de nuestro cuerpo se encuentran doloridos y resulta difícil coger esa posición que nos permita descansar lo que necesitamos. Pero en ocasiones pasan varias horas hasta que la fatiga esta asimilada y los ronquidos de los que se encuentran en las literas de al lado nos dejan caer placidamente en los brazos de Morfeo.
Entonces la mente se queda en blanco, a veces hasta llega algún sueño que nos va animando a seguir la aventura que estamos realizando y cuando nos encontramos en lo mejor del sueño, siempre hay algo que hace que nos despertemos con un sobresalto y entonces el descanso deja de seguir actuando sobre nuestro cuerpo.
Una de las cosas más molestas que cada vez es más frecuente en los albergues, es cuando te encuentras completamente dormido y hacia las cinco de la mañana ves como un foco alumbra directamente a tus ojos y te despiertas sobresaltado.
Inicialmente piensas que es algún vehiculo que se dirige hacia donde tú te encuentras, pero al ver que apenas avanza y como aún te encuentras dormido, piensas que has tenido un sueño y te encuentras en el interior de una mina y a tu lado está un minero que con su candil en la frente se ilumina para poder ver en la oscuridad que hay en las entrañas de la tierra.
Al cabo de unos minutos, ves que en el otro lado de la litera se enciende otro foco que siempre acaba dirigiendo su haz de luz hacia tus ojos y ya te vas despertando y te das cuenta que no son mineros ni estás en el interior de la mina, son esos peregrinos madrugadores que salen unas horas antes que la luz del sol vaya iluminando los caminos y tienen el único objetivo de llegar muy pronto al siguiente albergue para que así al ser los primeros no se queden sin un lugar en el que dormir.
Tratas de ocultar tu cabeza en el interior del saco para ver si de esta forma, al tener resguardados los ojos de esos haces asesinos del sueño te permite seguir durmiendo y descansando tu cuerpo. Entonces comienzas a escuchar un molesto y desagradable ruido, es ese que producen las bolsas cuando van metiendo todas sus pertenencias en el interior, como anoche se fueron a la cama a dormir antes de las nueve de la noche no les dio tiempo a guardar sus cosas en la mochila y tienen que hacerlo ahora.

Cuando compruebas que a pesar de haber metido la cabeza en el interior del saco, no te va a servir para nada ya que cada vez son más los que están guardando las cosas en las bolsas, decides sacar la cabeza del interior para al menos respirar el aire un poco viciado que hay en el interior de la gran sala.
Cuando sacas la cabeza y vuelves a abrir los ojos, compruebas que los focos te rodean por todos los lados ya que el efecto dominó se produce a gran velocidad y en poco tiempo casi todos los peregrinos se han ido levantando y la sala se convierte en una concentración de mineros que van dirigiendo sus focos en todas las direcciones y parece que siempre en su recorrido están tus ojos ya que los flasazos son permanentes y los buscadores de camas no quieren ser los últimos en abandonar el albergue. De repente a todos les ha entrado una gran prisa y les da lo mismo que haya alguien que trata de descansar al menos hasta que los rayos del sol se atrevan a entrar por una de las ventanas de la sala del albergue.
Siempre hay alguno de estos mineros que no ha sido previsor y de tanto llevar su candil moderno no solo en el albergue, sino también en el camino ya que las primeras horas deben tenerlo encendido para ver el camino y no han tenido en cuenta que las baterías tienen un tiempo limitado de duración. Cuando se quedan sin ella no tienen el menor rubor en darle al interruptor encendiendo todas las luces que hay en la sala y no dejando que nadie siga durmiendo.
Es en esos momentos cuando ante la impotencia que tienes enroscado en tu saco y tratando de dormir esas horas que son necesarias para que el cuerpo adquiera todo el descanso que necesita, cuando vas maldiciendo por lo bajo a todos los que hay a tu alrededor y cuando ves que de nada sirven tus insinuaciones, das un grito dirigiéndote a todos los que pueden oírte:
-¡Ya esta bien!, que hay gente que esta descansando y quiere seguir durmiendo.
Entonces se produce un pequeño silencio por esa improvisada exclamación, pero nadie responde, es algo normal, nadie lo ha entendido porque en ese babel que es el albergue, nadie de los que están allí habla mi idioma.
Después de unos instantes de silencio el ruido sigue aumentando y solo deseas que todos se vayan cuanto antes para poder dormir al menos media hora antes que el sol me vuelva a despertar, en esta ocasión de una forma más natural, agradable y delicada.

Vinos destacados por Jancis Robinson.


Publicado en La Republica el 26/1/2014 - 7:00
vino
Como fruto de un exhaustivo trabajo sobre más de 2.000 vinos del mundo, la escritora y "Master of Wine" británica y su equipo escogieron los mejores productos de la temporada en lo que llamaron la Autumn Collection (Colección Otoño) y que dedica uno de sus diecinueve capítulos conjuntamente a Argentina y Uruguay.
El puntaje obtenido por los vinos uruguayos evaluados es inmejorable y amerita un minucioso análisis.
Tanto su página web Jancis Robinson.com como su columna semanal en el Financial Times reciben miles de visitas diariamente. La razón es simple: Jancis Robinson presenta a los lectores una fundamental información: la guía que les permite elegir entre innumerables etiquetas el vino que conjuga la mejor relación precio-calidad, o una revelación, o un vino excepcional.
“En mi opinión, beber y evaluar el vino es un proceso más subjetivo que objetivo. Todos tenemos diferentes gustos y sensibilidad, que es lo que hace tan difícil encapsular las cualidades de un vino en un solo puntaje” -dice Robinson, y agrega: “Sin embargo, me doy cuenta de lo útiles que son para los que los leen y compran (y venden) en forma apresurada… particularmente en un mercado de novedades que está al rojo vivo.
Por eso, si bien los puntajes nunca pueden ser tan expresivos como una nota de cata (y reconozco que las mías no son muy prolijas), considero que el puntaje es un mal necesario”. Además de su prestigio como profesional, avalado por su participación como jurado en certámenes internacionales en todo el mundo, la acompaña un serio equipo de trabajo encabezado por su asistente Julia Harding, Richard Hemming, Tamlyn Currin, Rachel Shaughnessy y Nick Lander, su esposo, además de otros especialistas regionales.
La escala que utilizan para otorgar la puntuación es la tradicional europea que llega hasta 20, donde 15 puntos es un vino “promedio, agradable, sin defectos pero sin virtudes”; 16 es “distinguido”; 17 es “superior”; 18 es “más que superior”; 19 es “una maravilla” y 20, “verdaderamente excepcional”.
También agregan símbolos “+” si creen que el vino puede mejorar, y “-” si tiene algún aspecto negativo, que describen en la nota de cata. El puntaje es acompañado por una breve nota de cata, y una guía de curva de guarda o ciclo de vida.
Jancis Robinson publica regularmente artículos que reúnen sus notas de cata que, por lo general, son horizontales (una añada, diferentes productores) o verticales (un productor, diferentes añadas). Una tercera clasificación es por regiones.
En esta ocasión, se trata de una serie de artículos que abarca diecinueve regiones vitivinícolas del mundo, que comenzó a publicarse el 13 de noviembre con Alemania y Austria, y se extendió hasta el 18 de diciembre, en que se difundió la nota dedicada al “Resto de Francia”.
Llamó la atención que se disociara por primera vez la tradicional dupla Chile – Argentina, redistribuyendo las regiones sudamericanas con una nota dedicada exclusivamente a Chile, y otra nota donde por primera vez realizó la agrupación Argentina-Uruguay.
El desempeño de los vinos uruguayos
En términos absolutos, los vinos uruguayos superaron en puntaje a los vinos argentinos, tanto en blancos como en tintos: con 17 puntos el Bouza Albariño 2012 superó los 16.5+ del mejor blanco argentino, y en un honroso empate de 17.5 puntos tanto el Bouza Monte Vide Eu 2011 como el Familia Deicas 1er Cru d’Exception Tannat 2004 superaron los 17+ del ejemplar proveniente de una tradicional familia argentina productora de vinos de alta gama.
Familia Deicas, Bouza Bodega Boutique y la joven bodega Garzón son los establecimientos nacionales productores de los vinos seleccionados. Bouza se distinguió en los blancos, con dos de los tres vinos elegidos, mientras que Familia Deicas fue la que más distinciones obtuvo en vinos tintos, con 6 vinos sobre un total de 11.
Hablando de blends y de las añadas más antiguas evaluadas, igualó el Preludio Barrel Select Lote 50 1999 de Familia Deicas los 17 puntos obtenidos por el mendocino Cavas de Weinert 1997, y con comentarios muy halagadores de Julia Harding, que en su nota de cata destacó su “fabuloso aroma” y su “realmente impresionante armonía en el añejamiento”.

Saturday, January 25, 2014

Hola, soy Dumas, el "perrogrino".



 

El Camino de Santiago se llena de peregrinos, yo, Dumas, soy un “perrogrino”, les voy a contar un poco de mi viaje, pero como soy de pocos ladridos y además me cuesta mucho manejarme con el teclado, se los contare con fotos. Dicen que una fotografía vale más que mil ladridos.
Salgo desde Pamplona y llevo conmigo a Valentina y Javi, no sé si aguantaran, son medio flojos, pero recemos y tratemos de llegar a Santiago de Compostela en Buena salud y de buen humor.
Debo de haber hecho el doble de kilometros que Uds., porque no paro
de ir de atras para adelante y viceversa. O Cebreiro lo subi tres veces.
Si dije recemos, los perrogrinos también tenemos nuestro lado espiritual, aunque cueste creerlo
A Javi le sobra la pinta de aventurero, hasta que lleguemos a un bar y se prenda a las cervezas frias.
 

En un pueblito se dio para bailar, la banda del lugar amenizaba la funcion, Alberto,
se prendio de Albi y no la soltaba, yo me tuve que conformar con bailar con
Javi, que es muy duro. Jordi como siempre con su telefono, ni bola que nos dio.


Aqui  Valentina quedo linda , pero siempre le tengo que repetir
que se sonria para la foto. Ya va a aprender.
Albi me queria seguir el paso, pero no fue facil.
Me dijeron que habia liebres, pero yo no veo ninguna, me van a tener que comprar comida.
Yo me aseguraba que no hubiera peligro en el camino, siempre alerta.
Que burro que eres...no te espero mas, te veo en Hontanas.
En el Camino me encontre con otros perrogrinos y tambien
con este burrogrino.
Anda Javi, estoy cansado de esperarte...que lento que eres.
Ustedes mucho besos, y a mi que camine como un perro,,,,naaaa
En mi entrada triunfal a Santiago, toda la barra me hizo de escolta...creo que venian cansados.
Para que no se sintiera mal, le deje elejir el rumbo a Javi, menos
mal que me di cuenta a tiempo, si no terminamos en Andalucía.
Yo los traje hasta Santiago de Compostela y cuando se sacan la foto casi me dejan
afuera. Pero si amplian un poco, me encuentran entre las mochilas.

Para completar, después de todo el sacrificio, no solo que no me dejaron entrar a la iglesia, sino que cuando voy a la oficina de Peregrinos, no me quisieron dar la Compostela. La verdad que me dolió un poquito, pero me sobrepuse pensando en el hermoso grupo de amigos que hicieron de mi travesía, un Camino inolvidable…
Los dejo, sigan con Alberto, que él les va a seguir contando cosas y me dijo que …hasta Santiago no para.

Wednesday, January 22, 2014

Desde las ruinas a los verdes de Palencia.

Para los que quieran leer un poco mas sobre las ruinas de San Anton, les recomiendo este link.  http://caminomilenario.com/blog/convento-de-san-anton-castrojeriz/
El dejar Hontanas fue una alegría, a pocos kilómetros de camino, nos encontramos con algo hermoso. El antiguo Convento de San Antón, unas ruinas que le brindan un arco de triunfo a la carretera. Se puede apreciar que este majestuoso edificio que data de 1146, por su envergadura y ubicación, tiene que haber sido un lugar maravilloso para los peregrinos de la época. Hoy día cuanto te vas acercando, la aparición parece espectacular. En los últimos años, este lugar está siendo administrado y operado por un grupo privado, que de a poco ha ido recuperando las ruinas y sus alrededores, los gastos operativos salen del albergue y algunas donaciones de la Provincia.
En la nota anterior me preguntaba cómo evitar Hontanas, parece que ya lo encontré, caminare 3 kilómetros mas para llegar a este lugar que me intriga y me seduce.
Con los pies muy doloridos y las botas que empezaban a perder su forro interno, seguí camino rumbo a Castrojeriz, una coqueta población con dos o tres iglesias importantes y un antiguo castillo que desde una colina domina el paisaje. Angostas calles de piedra que parecen estar diseñadas en forma de medialuna, me depositaron en la Plaza Mayor, donde después de un buen desayuno, conseguí un negocio que tenia la tan ansiada “cinta americana” (duct tape), que hacía dos días buscaba para reparar un poco el interior de las botas. Como siempre, con mi conocido espíritu de sobreviviente, logre reparar un poco el calzado y de ahí en adelante pude andar un poco más cómodo.
Al ver la empanada subida que nos esperaba, le pedi a Jordi
que me sacara esta foto, para enviarsela a Titina. Podia haber sido
mi ultima foto con vida....pero no, supere el tramo con holgura.
La alegría y la sonrisa me duro hasta que arribamos al Alto de Mostelares, una subida que martiriza en poco trecho el espíritu y el físico del peregrino. Realmente un alto que a pesar de no ser muy largo, con su acentuada pendiente, te asusta y ataca los sentidos. Al pie, me saque una foto para que mi familia me viera antes de que la parca me derrumbara a medio camino… pero como tantas otras veces, sobreviví.
Cuando a la salida del pueblo veo esta subida, queria abandoner.
Los campos dorados y ocres nos acompañaron por horas, hasta llegar a la fuente del Piojo, donde encontramos los únicos arboles para abatir el sol, desde que habíamos salido de Castrojeriz. Un vecino de la zona tenia sobre una mesa bebidas y comidas para los peregrinos, tome una Coca Cola, para no perder la costumbre, rellene la botella de agua y descanse un rato a la sombra y sobre un banco de picnic. Casi entre dormido, pensaba en el Convento de San Antón, que me había quedado en la mente.
Una hora después, de retomar la marcha, nos topamos con una vieja iglesia, San Nicolás, un albergue hoy día operado por una confraternidad italiana, justo junto al rio Pisuerga, donde entramos a la Provincia de Palencia.
Parroquia de San Nicolas, albergue operado por una sociedad
italiana de amigos del Camino.
Por días hemos caminado por inmensidades de campo, sin ver gente ni tractores trabajando, la desolación total y ausencia de gente viviendo en el campo me llamaba la atención, pero al cruzar el rio, fue como si hubieran abierto las puertas a otro mundo. El verde de los plantíos de remolacha azucarera, los tractores y los sistemas de riego, apagando la sed de los maizales, parece que te querían decir que te despertaras, mira que has llegado a Palencia, tierra rica y productiva.
El ver  a los locales trabajando sus tierras, me levanto el espíritu, desde este lugar en adelante, casi terminaban los áridos campos y los caminos sin sombras o cambio de matices. Llegar a Boadilla del Camino se hizo fácil, el aire parecía más fresco, una brisa me lavaba la cara, me estaba recuperando, esa noche en el albergue Titas encontraría el descanso que me faltaba.
Sigan mirando las fotos, yo voy a cargar mis pilas y después… hasta Santiago no paro. 










Rio Pisuerga; límite de Provincias Burgos-Palencia.