Tuesday, December 24, 2013

FELICIDADES!!!!!!


Para todos los que se acercan a la portera del Corral, familia y amigos, les deseo una Feliz Navidad, cobijados por la familia y en buena salud.

Nos vemos la primera semana del 2014, donde continuare con El Camino y sus historias.

Espero que la pasen re bien y que todos sus deseos se hagan realidad, pero más que nada, que no dejen de soñar, los sueños son el agua que riega el árbol de la vida.

Felicidades y Salud.

Wednesday, December 18, 2013

Hoy recibí este mensaje...


¡Hola, amigos!

Me envía mi hermano Carlos vuestros datos desde Valencia,
para recordarme las direcciones de las personas más importantes
en nuestro último tramo del Camino de Santiago.

Como no sé si me váis a responder, economizo abriendo un
'mensaje colectivo' que, más adelante, podría hacerse más
personal...

Lo primero de todo:
FELIZ NAVIDAD a todos. Seguro que este año en el que habéis tenido
el privilegio de hacer la ruta, os habéis cargado de buena energía, y
estáis a las puertas de un año lleno de esperanzas e ilusiones.

Por parte de Carlos y mío, agradeceros sinceramente vuestras sonrisas,
compañía, conversación, bromas, confidencias...
Es mucha la nostalgia, y las ganas de reemprender nuestro vuelo
-imagino que será el verano próximo y, a poder ser, desde SANTUARIO
(Tosantos); lugar lleno de magia y buenas vibraciones, donde dejamos
de acompañaros para regresar a Belorado y, desde allí, a nuestros respectivos
hogares-.

Desde entonces Carlos y yo sólo hemos coincidido una vez.
Le pasé el libro de relatos del hospitalero José... conmovedor, vibrante, profundo.
Me recordó a ese clásico de la Literatura y el cine: HORIZONTES PERDIDOS,
que deja claro que hay un Sangri-La en el Camino, que es ese albergue.
Gracias, José Almeida, por joyas como ésa y -sobre todo- por tu entrega
al caminante. Pareces ser un Juan Bautista, pues insiste que 'el verdadero santo'
es un para nosotros enigmático Maestro del que aprendiste, y al que ardo en
deseos de conocer.

Con Hildeberto tuve la oportunidad de compartir, entre otras cosas,
Literatura española, el encuentro con Marcelino y retales de vida...
Me contaste que hay una 'especie de Camino de Santiago' en Brasil, que algún
día me gustará transitar.

 Qué decir del alma de la fiesta: Alberto 'el uruguayo'; comenzó con una divertida
cena en Cirauqui -comedor que te resistías a abandonar (primer lugar de España
del que tenías noticias sabía hacer la pasta 'al dente'), y siguió con reencuentros
siempre divertidos, incluso profundos; nuestro traductor en la oración de Santuario,
y vaya sobremesa en la cena al amor de tu conversación... INOLVIDABLE.

¡Emese! Casi no tengo palabras. Baste decir que conservo el abrazo de la despedida
congelado en mi memoria.
Fue tan delicioso como desgarrador verte seguir caminito arriba, apuntando a Burgos.

No pudimos evitar;
estoy seguro de ello -Carlos-, en los días siguientes al adios; el ir haciendo recuento
de por dónde iríais cada día, hasta llegar frente a la imagen del santo.

Si lo conseguísteis, como espero, FELICIDADES...
y si no, también. Nunca se sabe.

En fin; que GRACIAS por todo. Que os queremos un poquito. Que hasta pronto
o hasta siempre.

Y que FELIZ NAVIDAD.

Un abrazo

Javier
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Javier:
Qué alegría recibir mensaje de un peregrino con el que compartimos muchos momentos en el Camino. Gracias por tus deseos de Navidad y lo mismo para ti y familia.
Jordi y Yo, seguimos al tranco, luego de la gran experiencia en Tosantos y llegamos juntos a Santiago de Compostela el 27 de Septiembre, alegría total. Si quieres seguir parte de las anécdotas e historias te invito a que entres a www.elcorraldeltordillo.com  y ahí podrás seguir nuestro recorrido.
Sin más, saludos para ti y Carlos, si Dios quiere, algún día nos reencontraremos en algún codo de algún Camino.
Un fuerte abrazo peregrino.
Alberto

 
 

 

Sunday, December 15, 2013

Tosantos Ages, Mary Poppins y Carlitos.



Creo que se llama Fermín, a decir verdad no me acuerdo con certeza, para mí fue “Mary Poppins”, lo vi por primera vez como dos horas antes de llegar a Tosantos, en un día de un calor avasallante, el iba a su paso, con poco bulto en su mochila, fresquito como una lechuga, caminando bajo su paragua negro, era una figura que no pegaba ni con el momento ni con el lugar. Parecía que en cualquier momento su cuerpo retacón y rotundo, iba a levantar vuelo impulsado por su instrumento. Por varios días hicimos camino casi juntos, pero lo más notable era que siempre andaba en la vuelta cuando un peregrino mandaba a servir en un bar, pero también tenía una calidad suprema para desaparecer cuando llegaba el turno de mandar su ronda. En los cinco o seis días en los que cruzamos camino, nunca le vi el color a uno de sus euros, pero igual resultaba simpático a pesar de su frugalidad.

De Tosantos partimos bajo la lluvia, Mary Poppins y Jordi marcaban el paso adelante, yo salí con un montón de cosas en la cabeza, durante la primera hora de camino, debatí conmigo mismo la idea de volver atrás y quedarme uno o dos días en ese albergue, con esa gente que me había intrigado tanto. Pero Santiago me intimaba a seguir.
 
Durante todo el día, fue un sube y baja de grandes colinas, atravesando frondosos bosques, largos trechos de senda sin respiro y sin poblaciones. La lluvia seguía pegando por las primeras tres horas, era lindo ver los grupos de peregrinos que se detenían en diferentes puntos a sacarse las ropas de lluvia cuando escampaba, minutos más adelante a protegerse otra vez. El único constante, era la figura de Mary Poppins a quien se le identificaba a lo lejos por su negro paraguas.

Otro momento destacable, fue encontrarse en medio camino, un monumento a los caídos de la guerra civil de 1936, la mayoría de los peregrinos pasaban y reverentemente agachaban la cabeza o decían una oración a la pasada, yo, no sé porque, quizás porque venía de momentos muy emotivos vividos en Viana primero y en Tosantos después, me sentí profundamente afectado, más que nada cuando a poca distancia del monumento, encuentro algo que me aflojo las piernas. Por razones fisiológicas tuve que derivarme hacia el bosque, camine fuera de la senda trazada unos doscientos metros para internarme entre los árboles y ahí, cercada por una verja de hierro y con una pequeña placa había una tumba común con los restos de esos soldados que ahí habían perdido su vida.

El pecho se me apretaba pensando en las injusticias de la guerra, en que en ellas solo sufre la carne de cañón, es decir, los que más muertos dan son los pobres y los menos privilegiados. Le iba a sacar una foto, pero algo dentro de mí me hizo guardar el teléfono, me parecía una falta de respeto. Creo que rece unos minutos. Volví a la senda.
Me costó mucho el colgarme la mochila, espiritualmente venía siendo castigado con buenas y malas que no paraban de presentarse. Seguí casi como sonámbulo, sin sufrir o disfrutar del paisaje que me rodeaba, sin tener noción del tiempo o la distancia, el dolor en las piernas se empezó a apoderar de mí, me acalambraba, cuando me di cuenta que lo que me faltaba era agua, me estaba deshidratando, levanto la cabeza y veo que delante mío a poca distancia ya estaba San Juan de Ortega, había hecho unos 19 km. con la mente totalmente ocupada, todavía tenía necesidad de ir al baño, cosa que había dejado pendiente muchos kilómetros atrás.

Bajo una sombrilla, frente al único bar del lugar, Jordi se comía un bocadillo con una cañita, Mary Poppins y otros peregrinos con los que siempre nos veíamos, terminaban el descanso y seguían su ruta, otros se quedaron en ese albergue. Jordi me espero mientras me recuperaba con mis dos o tres coca colas habituales, partimos juntos y conversando sobre  el “patas flacas”, su nieto que había nacido hacia unos pocos días. Nos internamos en unos hermosos pinares, mi compañero acelero su paso, en lo alto de una colina una gran cruz de madera con una placa homenajeaba a los peregrinos que habían pasado por allí, el camino era sinuoso e interesante, un ciclista con una bicicleta sin pedales, me supero a paso raudo caminando y empujando su vehículo. Carlitos era su nombre, había salido de St. Jean de Pied du Port y creo que no hizo más de 10 km. pedaleando. El hombre, muy enamoradizo, cada vez que veía una doncella sola o con poca compañía, le hacia el cuento de la bicicleta y con su simpatía se ganaba el corazón de las damiselas. Que tigre!, nos volvimos compañeros de viaje y seguimos cruzándonos hasta que él se volvió a su ciudad. Después les cuento las andanzas de Carlitos, ese mocetón se merece  más espacio.
La aparición de Ages en el horizonte me puso contento, llegamos juntos con Jordi, que me esperaba a la entrada del pueblo y nos hospedamos en el albergue municipal. Descansamos un rato y salimos a caminar el pueblo, cinco minutos después, ya habíamos visto todo y estábamos en la barra del bar tomándonos unas cañitas, los parroquianos del lugar se estaban todos preparándose para ver en televisión, la elección de la próxima ciudad olímpica.
Madrid, era la candidata supuestamente favorita, pero… la tristeza invadió el lugar cuando después de una larga trasmisión, Tokio les bajo el copete y el espíritu. Nosotros, un catalán y un uruguayo que no teníamos caballo en esa carrera, seguimos la noche entre cañas y pinchos hasta que nos fuimos a dormir cerca de la medianoche.
La gran urbe de Ages, la ciudad de los rascasuelos, se alborotaba afuera, dos perros y un gato entre aullidos y maullidos marcaban su territorio. Nosotros descansábamos tranquilos, juntando fuerzas, porque hasta Santiago no paramos.




 
 

Wednesday, December 11, 2013

Tosantos y José Almeida... un lugar diferente.


Sentado en una mesa en el jardín del albergue estaba Bob, un veterano irlandés con varios caminos hechos, era la primera vez que lo veía en ruta, me saludó efusivamente y de primera me dijo en un inglés bien áspero, “llegaste a un lugar diferente, espero que lo sepas disfrutar”, sin más siguió bebiendo su café y no me dio lugar ni para preguntarle porque.
Tosantos no es un lugar muy mencionado como fin de etapa en el Camino, a pocos km. de Belorado y a no muchos de Agés, es más bien un lugar para seguir de largo, la iglesia, un bar, el albergue y unas pocas casas son el conjunto del pueblo, lo más notorio es la Ermita de Nuestra Señora de la Peña, que está en una rocosa colina a unos 500 metros del paraje. Pero para Bob era “un lugar diferente”.
En un banco de piedra en la puerta del albergue, un hombre  evidentemente con mucho calor y traspirado, fuma un pucho mientras sostiene un vasito de vino en su diestra.
“Me llamo José, bienvenidos a Tosantos, considérala tu casa, descuelguen las mochilas, siéntense aquí un rato, ya les traigo un vaso de agua fresca o vino si lo prefieren, no hay apuro, lugar hay de sobra y si se termina, igual nos arreglamos”
El recibimiento tan efusivo, nos tomo de sorpresa, me descalce, tome un vaso de vino y me dirigí nuevamente hacia donde  estaba Bob, le pregunte, ¿Por qué diferente?, la respuesta fue rápida y simple, “ya verás”, nuevamente volvió a su café y no me dio más bola.
Después de un rato, entramos a la oficina a registrarnos, José nos explico las reglas del lugar en un tono de cura dando el sermón. “acá son bienvenidos, por favor disfruten su estadía, a las 10 de la noche apagamos las luces, nadie puede o debe levantarse antes de las seis de la mañana, hay que respetar el descanso de los otros peregrinos, además si se van cuando todavía no ha salido el sol, no verán el Camino como debe verse, a las siete de la tarde hacemos una comida comunitaria y al despertarse mañana, encontraran el desayuno pronto, la estadía y la comida es gratis pero se aceptan donaciones"
El lugar totalmente diferente  a todo lo que habíamos visto hasta ahora, un edificio muy antiguo que tenía más parecido a un viejo establo que a un albergue, las grandes vigas de madera totalmente a la vista delataban muchos años de existencia. Nos ofreció llevarnos las mochilas hacia el piso superior donde íbamos a dormir, a pesar de que nos rehusamos, insistió y cargo con la mía. El piso superior era todo un solo espacio donde había unas 15 colchonetas sobre el piso, con Jordi nos miramos sorprendidos pero no dijimos nada, ya estábamos aquí y basta. Yo elegí acostarme junto a la ventana que daba al jardín, mi amigo a unos dos metros y otro peregrino al que yo llamaba Mary Poppins también cerca. En la otra punta del salón, tres italianos completaban los ocupantes. En total en el albergue seriamos unas veinte personas. Los baños eran buenos y bien cuidados, el agua caliente, la cocina y el comedor limpios y ordenados. No faltaba nada, pero tampoco sobraba, totalmente austero pero acogedor.
Mientras unos se quedaron a ayudar a José a preparar la cena, otros caminaron hasta la ermita para visitarla, yo por elección me quede cerca de la paella y el vino, hablando con Jose y otros dos peregrinos que había conocido dos días antes. José me intrigaba y quería saber más de él y del sitio.
Después de comer fuimos invitados a pasar a una pequeña capillita dentro mismo del albergue, para meditar un poco sobre el Camino y el espíritu del Camino, como no era obligatorio, fui con gusto.  José tenía preparadas diferentes hojas en todos los idiomas para que los peregrinos leyeran, además me pidió si podía traducir su charla al inglés, para aquellos que no entendían español. Nos conto sobre el hombre que era responsable del albergue y que ahora andaba de viaje, nos conto un poco de su rol como hospitalero voluntario y cuanto lo disfrutaba. Despues nos hablo sobre el padre del Camino Moderno, Don Elías Valiño Sampedro, creador de las flechas amarillas, que hoy son sinónimo del Camino.      Link  http://www.diocesisdelugo.org/ocebreiro/elias.html
Después de terminada la charla, el, yo y un peregrino más nos sentamos en la cocina a tomar  café y la conversación se extendió hasta que se apagaron las luces. José es autor de varios libros sobre el Camino y sus peregrinos y da gusto conversar con él, su espacio en Facebook tiene muchas historias que el publica. Les recomiendo visitar el sitio. https://www.facebook.com/pages/Santuario/440047589376754?fref=ts
Con las primeras luces de la madrugada, emprendimos camino, en la puerta del albergue nos despidió José, con un abrazo y deseos de “Buen Camino”, bajo la lluvia rumbeamos para el próximo destino, por lo menos yo, me sentía diferente, nos habíamos quedado en un lugar donde tuvimos que dormir en el piso, pero sin embargo me fui con la sensación de que realmente había estado en “un lugar diferente”, donde el camino era realmente un espacio espiritual y no solo un lugar para caminar.
Después les cuento mas de Tosantos y José Almeida, porque a medida que van pasando los días, mas me doy cuenta que el lugar me marco para siempre, hoy se que ahi no llegamos por accidente, estaba predestinado que asi fuera, al partir le prometí a José que volvería y pienso cumplir con esa promesa.
Por ahora, con Jordi y Mary Poppins vamos al paso rumbo a  Agés, porque hasta Santiago no paramos.






Algunas de las fotos no son mías, porque no había recargado el teléfono, así que Gracias a los que se las robé de la internet y también a José Almeida.

Monday, December 9, 2013

Santo Domingo de la Calzada hasta Tosantos.


El encontrar una ermita a la salida del pueblo, todavía a la media luz de la madrugada, me puso de lleno de vuelta en el Camino, cruzamos el hermoso puente sobre el rio Oja y resueltos a llegar hasta el albergue de Belorado le dimos un paso rápido y firme a la travesía.
A poco de partir nos encontramos con un sendero junto a la carretera nacional, un marcador de distancia nos hace sentir bien, faltan solamente 560 km. para llegar a Santiago de Compostela. La distancia ya no nos asusta, los primeros casi 250 km. fueron difíciles, pero el cuerpo y principalmente las piernas, ya están acostumbradas a los largos trechos. Jordi empieza con sus zancadas largas y el repiqueteo de sus bastones se empieza a alejar de a poco, ya no necesitamos ni decir hasta luego, los dos sabemos que de una forma u otra nos vamos a seguir encontrando y que Dios mediante vamos a llegar, eventualmente juntos a Santiago.
Nos volvemos a encontrar más adelante, justo bajo el cartel anunciador de que entrabamos a la provincia de Castilla y León, el se había detenido en una de sus frecuentes paradas de descanso, o de visitas, ya que le gusta conversar con la gente y es común encontrarlo con diferentes grupos o personas con los que se entretiene un rato.
A la mierda… una francesa en bicicleta, con el apuro con que la mayoría de los franceses recorren el Camino, en su afán de llegar rápido y además tratar de ver a la pasada todo lo máximo, se distrajo pedaleando y leyendo el cartel, sin molestarse ni siquiera a aminorar la marcha, en un lugar donde había muchos peregrinos congregados y distraídamente sacando fotos. ¡Al suelo!, el gran arquitecto del universo, había planeado que allí, ella se detuviera… rodo por el camino desparejo de tierra y gravilla, las rodillas y los codos sangraban profusamente, los peregrinos la ayudaron a levantarse, le sentaron en una piedra, la curaron y limpiaron las heridas. Como ya había muchos ayudando, nosotros seguimos camino a nuestro paso, unos 15 minutos después, a toda velocidad y sin tocar ni siquiera timbre para avisar que venía, nos sobrepasa la francesa, toda remendada pero sin aprender nada.
El resto del recorrido del día no tuvo nada de especial, más bien monótono, lo que me llamo la atención fueron las caras dibujadas en los girasoles, donde los peregrinos se detienen y dejan mensajes a otros o simplemente dibujan sonrisas simpáticas. De ahí en adelante seguimos caminando juntos con mi compañero, hasta llegar a Belorado, cruzamos unos cuantos pueblos, todos con su Calle Mayor o única, su Plaza Mayor o única, y más o menos todos iguales. Al punto que varias veces la pregunta cómica del día era… ¿sabes cómo se llama esta calle?
La entrada a Belorado, angosta y bien cuidada, nos encuentra con todavía muchas fuerzas y ganas de caminar un poco más, lo conversamos, Jordi mira la guía en su teléfono y decidimos seguir unos 5 km.  hasta el paraje de Tosantos.
En una panadería compramos una barra grande de pan, chorizo, queso, jamón y por supuesto coca colas frías. Nos dirigimos a la hermosa y arbolada Plaza Mayor, donde habiamos decidido almorzar antes de continuar.
Y ahí naaaa… estábamos placenteramente descansando y comiendo a la sombra, los pueblerinos que pasaban saludaban al pasar y nos deseaban el típico “Buen Camino”, varios niños andaban en sus bicicletas, los bares y cafés de alrededor de la Plaza estaban bien concurridos y reinaba en el ambiente un sentido de paz y tranquilidad. De golpe, un borrachito, en alto estado etílico, o como decimos los Uruguayos, “mamao hasta las patas”, con manchas de vino en su piel y en sus ropas, se nos acerca con una botella de vino todavía sin descorchar, nos pide algo para abrirla y mientras tanto con dificultad da vueltas alrededor del banco donde estamos sentados. Tratamos de ignorarlo mientras otros parroquianos nos hacen seña de que no le demos bola, pero esta tan cargoso que saco mi navaja para destaparle su vino. Mientras descorcho me pregunta de dónde soy, cuando le digo Uruguay fue como si le hubiera mencionado un planeta distante y en otra galaxia, no tenía ni idea. L o gracioso se dio cuando Jordi le dijo que era de Barcelona, el hombre tenía su opinión sobre Cataluña y la expresaba repetitivamente diciendo a gritos… Barcelo  naaaaa, Tarrago naaaaa, Badalo naaaaa, Catalu naaaaa.
Le entregue su botella, la beso como a una novia que hace tiempo no se ve, y siguió dando vueltas a nuestro alrededor hasta que nos fuimos. Riéndonos de lo ocurrido, emprendimos viaje hacia nuestro destino en Tosantos, al salir del pueblo, me acordaba de la “principesa”, Mertxe, que el primer día de Camino, me había dicho que por lo menos quería llegar hasta Belorado.
Los veo después, síganme que hasta Santiago no paro.















 


Friday, December 6, 2013

Santo Domingo de la Calzada.


Baje del ómnibus bajo una lluvia torrencial, el poncho de lluvia, estaba en el fondo de la mochila, me pare bajo el alero de un negocio y me empecé a organizar para abrigarme y buscar el albergue parroquial que estaba como a un kilometro del lugar. El poncho sobre la espalada y la carga me hacía ver muy parecido al Jorobado de Notre Dame, para peor se había levantado viento y volaba para todos lados como los puestos de feria en día de tormenta. También había arribado conmigo un chico llamado Joaquín, que empezaba el Camino en esta ciudad, nos ayudamos mutuamente a protegernos del agua, después lo seguí porque el conocía el sitio, ya todo se me hacía más fácil.

Le envié un mensaje a Jordi para saber si todavía andaba por la zona, cinco minutos después me responde que estaba en un albergue a 100 metros de donde yo pensaba hospedarme. Me despedí de Joaquín y quedamos de vernos en ruta y tomar una caña juntos. Cuando llego al otro albergue estaba completo, así que sin siquiera ver a Jordi, me voy de apuro al otro, donde por suerte puede conseguir cama sin problemas, 20 minutos después de llegar estaba lleno.

Más tarde nos reunimos con mi compañero catalán, recorrimos un poco la ciudad, caminamos contándonos las experiencias de los dos últimos días y cenamos cómodos y tranquilos, los dos contentos de habernos reencontrado. Después de unos vinitos y el postre, me fui a misa, ya que la Iglesia me había encantado y quería disfrutarla un rato más. Al terminar, Jordi me esperaba en la puerta, tomamos un café y seguimos de charla hasta casi la hora de cierre de los albergues, nos fuimos cada uno a su lugar y quedamos en partir a las seis y media de la mañana.

Como quede intrigado con la influencia de Santo Domingo de la Calzada en la zona, sobre todo en lo referente al Camino, a la luz de la linterna, me puse a leer sobre su vida y obra. A continuación copio y pego algo de información extraída de material que vi en la Catedral y también les dejo un link donde pueden leer mas, es realmente interesante.

Copio y pego:

Breve biografía del Santo

Domingo García nació en Viloria de Rioja (Burgos) hacia el año 1019. Decidido a entregar su vida a Dios, quiso ingresar en los monasterios de Valvanera y de San Millán, pero fue rechazado en ambos.

Alrededor del 1040 se retiró como eremita a los bosques que ocupaban el lugar en el que hoy se levanta la ciudad de Santo Domingo de la Calzada, y desde allí observó las dificultades que los peregrinos, rumbo a Compostela, encontraban al atravesar la zona. Trabajó desde entonces para facilitarles el recorrido con la construcción de un puente que permitiera salvar el curso del río Oja, un hospital donde refugiarse, una calzada que uniera Nájera con Redecilla del Camino (Burgos) y una pequeña iglesia. Recibió el apoyo de Alfonso VI de Castilla, a cuya tarea repobladora beneficiaba el burgo derivado de la actuación de Domingo.

A su muerte, el 12 de mayo de 1109, fue enterrado en el camino que había trazado. Sus seguidores mantuvieron el pequeño núcleo de población, que con el tiempo adoptaría su nombre, y continuaron su obra con la creación de una cofradía, la misma que hoy se encarga de preservar el recuerdo del Santo y las tradiciones a él vinculadas y de acoger a los peregrinos en el albergue que atienden. http://www.catedralsantodomingo.es/santo_domingo.html

 
Me dormí con los folletos en la mano, alguien me apago la linterna, ya que debería estar molestando, pero no me despertaron, la mayoría de los peregrinos saben respetar el sueño de los otros. De eso después les cuento mas, porque hay historias muy cómicas que sucedieron en el trayecto.

Les dejo dos o tres fotos y después seguimos en el Camino, ya que yo… hasta Santiago no paro.
 
 


Yo el Puente lo vi de madrugada y mi foto no es tan buena, por eso robo esto de la web.