Sentado en
una mesa en el jardín del albergue estaba Bob, un veterano irlandés con varios
caminos hechos, era la primera vez que lo veía en ruta, me saludó efusivamente
y de primera me dijo en un inglés bien áspero, “llegaste a un lugar
diferente, espero que lo sepas disfrutar”, sin más siguió bebiendo su café y
no me dio lugar ni para preguntarle porque.
Tosantos no
es un lugar muy mencionado como fin de etapa en el Camino, a pocos km. de
Belorado y a no muchos de Agés, es más bien un lugar para seguir de largo, la
iglesia, un bar, el albergue y unas pocas casas son el conjunto del pueblo, lo más
notorio es la Ermita de Nuestra Señora de la Peña, que está en una rocosa
colina a unos 500 metros del paraje. Pero para Bob era “un lugar diferente”.
En un banco
de piedra en la puerta del albergue, un hombre evidentemente con mucho calor y traspirado, fuma
un pucho mientras sostiene un vasito de vino en su diestra.
“Me llamo
José, bienvenidos a Tosantos, considérala tu casa, descuelguen las mochilas, siéntense
aquí un rato, ya les traigo un vaso de agua fresca o vino si lo prefieren, no
hay apuro, lugar hay de sobra y si se termina, igual nos arreglamos”
El
recibimiento tan efusivo, nos tomo de sorpresa, me descalce, tome un vaso de
vino y me dirigí nuevamente hacia donde
estaba Bob, le pregunte, ¿Por qué diferente?, la respuesta fue rápida y simple,
“ya verás”, nuevamente volvió a su café y no me dio más bola.
Después de
un rato, entramos a la oficina a registrarnos, José nos explico las reglas del
lugar en un tono de cura dando el sermón. “acá son bienvenidos, por favor
disfruten su estadía, a las 10 de la noche apagamos las luces, nadie puede o
debe levantarse antes de las seis de la mañana, hay que respetar el descanso de
los otros peregrinos, además si se van cuando todavía no ha salido el sol, no verán
el Camino como debe verse, a las siete de la tarde hacemos una comida
comunitaria y al despertarse mañana, encontraran el desayuno pronto, la estadía
y la comida es gratis pero se aceptan donaciones"
El lugar
totalmente diferente a todo lo que habíamos
visto hasta ahora, un edificio muy antiguo que tenía más parecido a un viejo
establo que a un albergue, las grandes vigas de madera totalmente a la vista
delataban muchos años de existencia. Nos ofreció llevarnos las mochilas hacia
el piso superior donde íbamos a dormir, a pesar de que nos rehusamos, insistió y
cargo con la mía. El piso superior era todo un solo espacio donde había unas 15
colchonetas sobre el piso, con Jordi nos miramos sorprendidos pero no dijimos
nada, ya estábamos aquí y basta. Yo elegí acostarme junto a la ventana que daba
al jardín, mi amigo a unos dos metros y otro peregrino al que yo llamaba Mary
Poppins también cerca. En la otra punta del salón, tres italianos completaban
los ocupantes. En total en el albergue seriamos unas veinte personas. Los baños
eran buenos y bien cuidados, el agua caliente, la cocina y el comedor limpios y
ordenados. No faltaba nada, pero tampoco sobraba, totalmente austero pero
acogedor.
Mientras
unos se quedaron a ayudar a José a preparar la cena, otros caminaron hasta la
ermita para visitarla, yo por elección me quede cerca de la paella y el vino,
hablando con Jose y otros dos peregrinos que había conocido dos días antes. José
me intrigaba y quería saber más de él y del sitio.
Después de
comer fuimos invitados a pasar a una pequeña capillita dentro mismo del
albergue, para meditar un poco sobre el Camino y el espíritu del Camino, como
no era obligatorio, fui con gusto. José tenía
preparadas diferentes hojas en todos los idiomas para que los peregrinos
leyeran, además me pidió si podía traducir su charla al inglés, para aquellos
que no entendían español. Nos conto sobre el hombre que era responsable del
albergue y que ahora andaba de viaje, nos conto un poco de su rol como
hospitalero voluntario y cuanto lo disfrutaba. Despues nos hablo sobre el padre
del Camino Moderno, Don Elías Valiño Sampedro, creador de las flechas
amarillas, que hoy son sinónimo del Camino. Link http://www.diocesisdelugo.org/ocebreiro/elias.html
Después de
terminada la charla, el, yo y un peregrino más nos sentamos en la cocina a
tomar café y la conversación se extendió
hasta que se apagaron las luces. José es autor de varios libros sobre el Camino
y sus peregrinos y da gusto conversar con él, su espacio en Facebook tiene
muchas historias que el publica. Les recomiendo visitar el sitio. https://www.facebook.com/pages/Santuario/440047589376754?fref=ts
Con las primeras luces de la madrugada, emprendimos camino, en la puerta del albergue nos despidió José,
con un abrazo y deseos de “Buen Camino”, bajo la lluvia rumbeamos para el próximo
destino, por lo menos yo, me sentía diferente, nos habíamos quedado en un lugar
donde tuvimos que dormir en el piso, pero sin embargo me fui con la sensación de
que realmente había estado en “un lugar diferente”, donde el camino era
realmente un espacio espiritual y no solo un lugar para caminar.
Después les
cuento mas de Tosantos y José Almeida, porque a medida que van pasando los días,
mas me doy cuenta que el lugar me marco para siempre, hoy se que ahi no llegamos por accidente, estaba predestinado que asi fuera, al partir le prometí a
José que volvería y pienso cumplir con esa promesa.
Por ahora,
con Jordi y Mary Poppins vamos al paso rumbo a Agés, porque hasta Santiago no paramos.
Algunas de las fotos no son mías, porque no había recargado el teléfono, así que Gracias a los que se las robé de la internet y también a José Almeida.
Siempre es agradable recibir peregrinos que te dejan ese poso especial, gracias por tu amistad y tu compañía
ReplyDeleteUn abrazo peregrino
almeida
Como Amigo de José Almeida y de José Luis, me tomo la libertad de "ilustrar" un poco esta entrada con un vídeo que hice de "ese lugar" , la pena es que aquí los enlaces NO funcionan, por lo cual hay que copiar el link y pegarlo en el buscador.
ReplyDeletehttp://youtu.be/j11GDl2tLAM
Espero que podáis disfrutarlo
Ultreia