Monday, April 30, 2012

Entrevista a Raúl Sendic (1987)

Entrevista a Raúl Sendic (1987)
Un uruguayo que marcó el fin del Siglo XX    

    

"Vivía solo en Montevideo, después vino mi hermano. y se murió porque, justamente, éramos canarios y no sabíamos bien qué hacer. A él le vino una apendicitis nada más... y no supimos dónde llevarlo"
Revista Guambia, entrevista de setiembre de 1987 realizada por Antonio Dabezies, Nelson Caula, Alberto Silva, Pilar Domingo y Pedro Silva - caricatura de Daniel Jardim
-¿Cuándo naciste?
-El 16 de marzo de 1925.
-¿Dónde?
-En Chamangá, una zona al sur del departamento de Flores.
-Hay varios Sendic por ahí, ¿no? ¿Es una familia de la zona?
-Sí, nosotros nacimos en Flores. Pero después mis hermanos fueron a Artigas, y en general se dispersó un poco la familia, al punto de que ahora mismo creo que no quedan más Sendic en Flores.
-¿Y tu niñez la pasaste en Flores? ¿A qué edad fueron a Artigas?
-No, no. Yo viví hasta los 10 años en esa zona, ni siquiera conocía un pueblo. Después me mudé cerca de Trinidad y ahí fui a la escuela y al liceo, que me quedaba a una legua más o menos de allá donde vivía. Hasta los 18 años viví en el campo.
-¿Qué hacía tu familia?



Monday, April 23, 2012

EL MATE (POEMA)
Letra de Fernán Silva Valdés
Poeta Uruguayo


No sé qué tiene de rudo;
no sé qué tiene de áspero,
no sé qué tiene de macho,
el mate amargo.

El sirve para todo;
para lo bueno, para lo malo;
él lava los dolores del pecho a cada trago;
es un cúralo todo en la casa del gaucho;
alegra la alegría y destiñe la pena,
el mate amargo.
Él es contemporáneo de la bota de potro,
y de las nazarenas, y de la guitarra;
pero de la guitarra que usa cintas
-como las chinas-
cintas celestes o coloradas.

En el campo
no hay boca masculina que rehúse besarlo
ni manos callosas que no le hagan un hueco
al mate amargo.
¡Cómo me siento suyo; cómo lo siento mío,
al mate amargo!
Yo lo llevo disuelto en la sangre
como un jugo americano.

No sé qué tiene de símbolo
el mate amargo;
por el pico plateado de la bombilla
canta de madrugada como un pájaro guacho.

Wednesday, April 11, 2012

No hay que olvidarse!!! 11 de Abril de 1831.-

¿Me empriesta el cuchillo?/ Historias Cortitas.-

¿Me empriesta el cuchillo?

Eran los primeros días de abril de 1831 cuando Fructuoso Rivera haciendo uso de la confianza que los charrúas le tenían, ya que habían peleado juntos contra las diferentes invasiones a la Banda Oriental, los convoca a todos con sus guerreros y familias.

De apoco fueron llegando al rincón del Salsipuedes, Venado, Polidoro, Juan Pedro, Rondeau, Brown y varios otros caciques y caciquillos.

“Nos tienen que ayudar a cuidar las fronteras, no sea que los bayanos se nos ganen otra vez tierra adentro”, les dijo Rivera.

Los caciques no dudaron de las buenas intenciones del hombre al que llamaban Don Frutos, después del trato, los invitaron a festejar con licor y varios animales carneados para la ocasión. Los charrúas formaban un grupo de unas 400 almas, los soldados que acompañaban a Rivera rondaban por los 1200.

Cuando los ánimos estaban tranquilos y los indígenas disfrutaban más del agasajo, Don Frutos le dijo a Venado...

“¿Me empriesta el cuchillo?, pa’picar tabaco”

El momento de la entrega del cuchillo era la señal para que el ejército traidor tocara a la carga y a degüello. Venado cayó al piso después del disparo a quemarropa que le dio Frutos, el zafarrancho acabo con unos cuarenta charrúas muertos y más de trescientos prisioneros o heridos.

La gran traición ya se había llevado a cabo, pero algunos como Bernabé Rivera, se empecinaron a eliminarlos en su totalidad y se dedico a perseguir incansablemente a los que lograron escapar de la emboscada.

En Agosto, el Rio Arapey y el Mataojo también se tiñeron de sangre charrúa, después de degollar a los caciques Juan Pedro y Adivino, el campo mostraba los cuerpos de unos veinte charrúas muertos y más de ochenta heridos o prisioneros. Polidoro era el único cacique importante que todavía seguía en pie, pero Bernabé quería degollarlo como a todos los otros “infieles”.

Por mediados de Junio de 1832, allá por la hondonada de Yacare-Cururu el cuerpo de Bernabé Rivera y diez o doce de sus soldados, yacían inertes a los pies de un joven guerrero charrúa, el atardecer ya empezaba a abrirle las puertas a la noche, todavía en el aire estaba el olor áspero de la pólvora, varios hombres y caballos heridos se revolcaban en los alrededores.

El joven charrúa que había perdido su daga en la batalla recién terminada, con su lanza en la mano, todavía ensangrentada, le pregunta al gran cacique Polidoro…

¿Me empriesta el cuchillo pa’degollar milico?

El cacique solemnemente le responde…

“Nunca más un charrúa soltara su cuchillo, no antes de morir apretando la empuñadura, deje nomas que los heridos se vayan… ya ha habido suficientes degüellos…"

El Tordillo