Las empanadas caseras, los biscochos y un petaquita de grapamiel nos hicieron más llevadera la espera. A eso de las cinco de la tarde llegamos al “yurt” en el que íbamos a pasar los próximos días, en una zona de campamento llamada Mew Lake.
La patrulla estaba compuesta por Raúl Acosta, Wilson Cáceres, Oscar Flores y Alberto Pintos. 
La primera noche después de un guisito de lentejas y arroz, preparado a media luz, con una temperatura que obligaba a cocinar de guantes y capucha, nos preparamos para el show de las estrellas. 
Oscar trajo todo su equipo de observación astronómica, un telescopio de primera con todo tipo de parafernalia para seguir las estrellas, su propio generador eléctrico para operar el radar de seguimiento y todo un montón de cosas de primera generación, que prometían una noche de sorpresa para los que no sabemos mucho de eso. Luego de tener todo armado, los 32 grados bajo cero, congelaron todo el equipo y terminamos mirando el hermoso cielo, totalmente claro, a ojo limpio. Otra vez será.
Como en años anteriores, nos dedicamos a sacar fotos, hacer asado, disfrutar de caminatas, abundantes picadas rociadas con un buen tinto o algún whisky, explorando lagos congelados, o simplemente, charlando y contando anécdotas.
Una nochecita manejamos casi ochenta kilómetros de ida y vuelta, para comernos un pedazo de torta y tomar un café en un pueblo en las afueras del parque, un restaurant al que la mayoría de los parroquianos van en motos de nieve. 
Así pasaron los días, entre buenos amigos y mucho tiempo para disfrutar del invierno y sus imágenes, las cuales Uds. Podrán apreciar si miran las fotos del video que les dejo más abajo.
El Tordillo
La mayoria de las fotos fueron sacadas por Raul Acosta.
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