“Uno aquí, otro allá, por las estancias,
pelusa e’ cardo que esparrama el viento,…”
Carmencita y Nancy en unas islas en el medio del mar y al borde del desierto.
Los hijos e hijas del tío Tola, por allá abajo, en la isla continente.
Gladys y sus hijos, en tierra castellana, cerca de Madrid y lejos de todos.
Carlitos y su prole, tomando agua sagrada en el Querétaro milagroso.
Ulises, se llevo su música a otra parte, el pentagrama de su vida se llena de notas en tierras extrañas.
Daniel en el norte, tan cerca y a la vez tan lejos.
Alberto al norte del gigante sin corazón y al sur del destierro absoluto.
Esto es simplemente en una familia, la mía, primos, sobrinos, tíos… desparramados por el ancho y largo del mundo, todos por una razón u otra dejamos el refugio de nuestro querido Uruguay y salimos a trotar distancias y fronteras, buscando mejores posibilidades o rastreando sueños. Cargamos nuestros bolsos, empaquetamos los recuerdos, y en vez de llegar en cigueñas, fuimos paridos en otras tierras, hijos de aviones, barcos o trenes.
Somos todos productos de una época de nuestra tierra, que nos cerraba puertas adentro y las teníamos que abrir para afuera. Muchos de los que salimos nunca volveremos, otros ya no están… entre nosotros nos perdimos los rastros, comenzamos de a poco a perder nuestra identidad de patria, de familia, de lugar.
Nuestros hijos nos empezaron a hablar en otros idiomas o con acentos diferentes a los nuestros, nuestras nueras y yernos hacen un esfuerzo, o no, para entender nuestra lengua, nuestro acento, nuestras costumbres.
Nosotros levantamos con las manos banderas de otros países, cantamos himnos que no nos pertenecen, con la mente flameamos la celeste y tarareamos “sabremos cumplir, sabremos cumplir”, mientras comemos una paella, soñamos con milanesas, saboreamos con el pensamiento una mulita asada o un guiso de arroz con perdices, mientras recorremos las grandes extensiones de pinos norteños, podemos sentir a lo lejos el aroma de un monte de eucaliptos.
Entramos a la internet y nos encontramos con familiares de los que hacia años no sabíamos nada e intercambiamos fotos de otros tiempos y otros lugares, nos conocemos sin conocernos, nos queremos sin vernos, nos visitamos sin trasladarnos.
Somos los hijos de un Uruguay lejano, al que dejamos porque creímos que nos abandono, somos fruto de distancias y semillas de nostalgia, nos vamos quedando sin padres, vamos perdiendo la esperanza del retorno, pasamos de ser orientales a ser por y para siempre emigrantes, como dijo Serafín J. García…
"Uno aquí, otro allá, por las estancias,
pelusa’e cardo que esparrama el viento,
esos hijos sin padre se te quedan,
mientras vos ves gastarse tu deseo
de ajuntarlos un día en un rancho,
con sol alegre y nuevo."
El Tordillo
Muy lindo y que ngran verdad las de tu comentario uno ya no sabe ni de donde es ni adonde va como se va desparramando la familia.Un gran abrazo Tordillo para ti y tu Flia.Conucho
ReplyDeleteEstimado Tordillo:
ReplyDeleteComo escribe Conucho: "uno ya no sabe de donde es ni a donde va..."
Pero si miramos "detrás del bosque" o leemos entre líneas podemos sacar unas conclusiones positivas...somos Uruguayos claro, pero somos ciudadanos del Mundo,nos hemos ido haciendo un "espacio" cada cuál a su manera y con "su suerte" y habilidad.
Mira que maravilla Ulises llevó SU BANDONEÓN" y conquistó Italia... Conucho que llevó "SU CAPACIDAD" y llegó a dónde merece estar...tú mismo que eres un "un libro abierto" de experiencias y de vida...
Yo_ que en algún momento "gaste los tamangos, buscando ese mango, que me hiciera morfar..." (y no es una metáfora).
Sin embargo, los verdaderos afectos están ahí... quizá a unas horas de avión...y si alguno ya no está es la ley de la vida y no cambiaría aunque estuviésemos sentados todo el tiempo a su lado en sus últimos días.
Hemos hecho "cosas", hemos construido, algunos más, otros menos, pero eso es irrelevante.
En todo caso hemos expandido de algún modo al Uruguay, hemos aprendido y algunos como tú, han y continúan haciendo cosas para ayudar a los menos favorecidos... quizá y solo quizá sean quienes se queden o quienes se marchen para continuar este camino que no se a dónde conduce, pero lo importante es caminar y seguir caminando hasta que D"s nos permita descansar.
Un abrazo,Claudio.
QUERIDO ALBERTO:
ReplyDeleteDISCULPA LA IMPARTINENCIA... PERO TE HAS DADO CUENTA QUE CUANDO PUBLICAS NOTAS BONITAS, POSITIVAS Y QUE TE AGRADAN COMO LA FIESTA DE DE HALLOWEEN, NO RECIBES NINGÚN COMENTARIO?
ESO DICE MUCHO DE LA CONDICIÓN HUMANA, QUE POR OTRA PARTE A MI ME IMPORTA UN BLEDO YA QUE SE COMO ES LA "MASA".
POR OTRA PARTE, SI A ALGUIEN NO LE RESULTA MANTENER UNA INMOBILIARIA, UN RESTORAN O UNA PÁGINA DE INTERNET QUE LA CIERRE... DESPUÉS DE TODO DE VÍCTIMAS ESTÁ LLENO EL MUNDO.
SE QUE ALGUNAS DE LAS COSAS QUE ESCRIBO NO SERÁN DE TU AGRADO... PERO SI SIEMPRE TE " SOBARA EL LOMO" NO SERÍA TU AMIGO SINO UN CONVENIDO COMO DICEN AQUÍ EN PERÚ.
SALUDOS, CLAUDIO.
querido alberto muy buenos los textos ,somos todos floridenses ciudadanos del mundo ,aki en brasil floripa comemos pirao com caldo de peixe , pero me matas cuando hablas das milanesas ,conosco bien brasil de norte al chui,e nunca vi milanesas como las de mi vieja cuando era viva o las del carrito de la plaza artigas en frente al 10 de julio .se me hace agua la boca ,no me maltrates . recibe un abrazo para ti e tua familia desde florianopolis .de fidel piñero
ReplyDelete