Saturday, October 30, 2010
Los negativos.-
La fuerza de lo negativo es muchas veces más grande que las ganas de hacer las cosas bien, es increíble pero muchas veces el impulso de gente bien inspirada, se siente aminorado o truncado por los contras de siempre.
Esta semana, llame por teléfono a un amigo que por años, ha puesto un esfuerzo muy grande para mantener al día y vigente un sitio web, que ha sido un referente para floridenses, fuera y dentro del país. Al ver que el sitio a veces pasaba días sin renovarse, entre a preguntarme si habría algún problema de salud que lo estuviera afectando, eso fue lo que me hizo levantar el teléfono para comunicarme directamente con él.
“Mira, Tordillo, lo que pasa es que me estoy dedicando un poco más a mí y a la familia, a hacer las cosas que hace años que no hago por prestarle tanta atención al sitio, me acostumbre a pasar horas todos los días frente a la computadora, para mantener algo vigente y coherente, pero con el paso del tiempo veo más, que son muchos más los que critican que los que apoyan, y eso a la larga te cansa y te vence.”
Es increíble, pero es así, aquellos que generalmente no hacen nada, o nunca tuvieron una idea propia que llevaron a la práctica, son los que más entorpecen la marcha. Son los que critican, los que ponen palos en las ruedas, los que siempre saben encontrar las deficiencias, pero nunca tienen sugerencias que sirvan para mejorar o progresar.
Los avisadores cada vez son menos, pero los gastos para mantener un sitio web, con pretensiones de ser bueno y eficiente, cada vez son más, los que a veces pasábamos por “la chanchita”, para dejar un óbolo que aunque fuera pequeño siempre ayuda, ahora nos hacemos los “chanchos rengos”. Eso lleva a cualquiera a pensar que su tarea no es importante, que el esfuerzo y el tiempo que se le roba a la familia y a los amigos, puede ser mejor utilizado.
En realidad son los negativos los que cansan, pero los otros, los que dejamos que las cosas rueden y no nos preocupamos por dar una palabra de aliento, o el apoyo económico que dejamos de brindar por creer que todo está bien, somos tan culpables como los primeros.
Me hace acordar de una frase que aparece en un poema de Tabaré Etcheverry que dice:
“No fueron los asesinos, fuimos nosotros, que lo dejamos morir por ser tan pocos”.
El Tordillo
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