Hoy descubrí lo que me estaba pasando, hace más o menos un mes que note un bajón en mi, mis pensamientos, generalmente positivos, cada vez más se me entreveraban, no encontraba la forma de concentrarme en nada, una nube gris cubría todo lo que me venía a la cabeza. Por supuesto que esto empezó a afectarme seriamente, principalmente en el plano del trabajo, mi ocupación es la venta de propiedades inmobiliarias, lo que implica que estoy a diario tratando con gente que, la mayoría de las veces, está haciendo o pensando en hacer la inversión más grande de su vida, por lo tanto necesitan ser aconsejados o asesorados por alguien que pueda ver un poco mas allá de la nariz, que pueda tratar de vaticinar el futuro económico, sin nubes grises o sin positivismo ciego que no es realista.
Descubrí que el mal que me estaba afectando es “uruguayismo”, todos los días, debido a la distancia que me separa de nuestro hermoso país, para tratar de matar la nostalgia, a través de la internet, me había dedicado a leer todos los diarios y noticias que se puedan encontrar, a escuchar la radio y sus noticieros, esa voracidad de saber más, me llevo a empezar a leer los comentarios que la gente hace de las noticias en El País de Montevideo, craso error, fue como si hubiera probado una droga, poco a poco se me fue haciendo adictivo.
Lo peor de todo es que los leía ávidamente, constantemente dándome cuenta que hay gente que es totalmente ignorante de algunos temas, pero eso no es obstáculo para que emitan una o cualquier tipo de opinión, pero más que nada, la mayoría de ellos con una negatividad absoluta, nada les viene bien, cuando comentan sobre política, son como “la gata Flora”, cualquier tipo de noticia, hasta las más trágicas, les sirve a estos comentaristas, para elogiar o la mayoría de las veces para criticar, tanto los actos de gobierno como las acciones policiales, o hasta la transferencia de un jugador de futbol en Europa. No importa el tema, hay que ensuciar, tergiversar, mal informar, mentir a toda voz y a los cuatro vientos, la cuestión es ser lo más negativo posible.
En ancas de la anonimidad, se sienten con el derecho a decir cualquier barbaridad, pero lo peor de todo, es que yo los leía de principio a fin, como si eso fuera parte de la noticia. De a poco, aunque nunca escribí un comentario, me empecé a contagiar de esa mentalidad, que es una de las peores cualidades del “uruguayismo”.
Hoy leyendo sobre las decisiones de la Corte de la Haya, me di cuenta, que nada positivo puede salir de leer a esos “comentaristas”, hoy me recete y me di yo mismo el remedio… desde hoy no leo más comentarios, desde hoy, solo por haber descubierto cual era mi mal, ya me siento mucho mejor.
El Tordillo
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