Tambien aprovecho la oportunidad para invitarlos para que visiten el sitio del Club Atletico Candil.
Volví.
Parece mentira pero hace casi un año que no escribo en el blog.
Y no es por poner pretextos pero estuve a punto de no volver más, dicen los que saben que fue un milagro lo que me salvó y que fueron como 10 milagros juntos que quedara practicamente sin secuelas.
No quiero entrar en detalles solo les voy a contar que en diciembre pasado hice un "aneurisma de aorta" y por ahí la vamos a dejar, si alguien quiere saber más que escriba donde dice comentarios y yo le cuento con lujo de detalles.
Lo más grande de ese episodio son las lecciones que me dejó y todo lo que me enseño.
Primero me dejó bruto tajo en el pecho, pero hablando en serio me dejó el amor de mi familia, de mis amigos, de la gente de mi querida Florida.
Me dejó el cariño por mi pedacito de tierra y unas enormes ganas de seguir viviendo.
Me enseño a que por más queramos torcer el destino todos tenemos nuestro día marcado, me enseño, o trató, a darle a cada cosa el verdadero valor que tiene, me enseño a que no tenga miedo de pedir disculpas o decir te quiero, me enseño a que un buen beso de amor o de amistad tiene un precio incalculable y que se guarda en ese cofre inviolable que es alma.
Aprendí a que el rencor y el odio no son amigos en quien confiar, porque te hacen mal a vos mismo y que el otro puede ser muy diferente pero no es ni mejor ni peor que vos.
Se que me va a ser muy dificil lograr todas estas cosas porque uno es como cualquier ser humano pero sería para mí imperdonable no intentarlo en este segundo tiempo en el que me tocó jugar.
Yo sabía que tenía suerte pero nunca pensé que tanta, mira que me han pasado cosas buenas en la vida y ahora encima me salve por un milagro ¿a cuántos no les pasó lo mismo?.
Y es en ese momento en que llega la pregunta ¿porqué me salvé yo y no otros?.
Y no encuentro la respuesta, por ahora solo me queda agradecer el amor fenomenal de mi familia, la fidelidad de mis amigos y la lealtad sin vueltas de la gente de mi pueblo.
Después de todo que más puede pedir un hombre.
Edgar Machado
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