Esto ya lo he publicado antes, pero hay veces que nos tenemos que recordar nosotros mismos, que somos, quien somos y adónde vamos.
Todo el año es Navidad.-
Besos, abrazos, despedidas y bienvenidas, todo esto toma un carácter especial cuando lo hacemos durante el mes de Diciembre. Tradicionalmente es la época del año en que todos nos encontramos en un estado de animo especial que nos permite, como quien dice, desvestirnos de todos nuestros dolores, pesares, rencores y problemas, para cubrirnos con esa capa cuasi mágica que nos brindan la Navidad y el Año Nuevo.
Ahora, yo me pregunto,
¿como puede ser que por 20 o 30 días al año, el 99% de un país, o podríamos decir del mundo cristiano, se pueda transformar, de una sociedad casi siempre negativa, a una sociedad que canta y silba por las calles, donde gente totalmente desconocida se brinda sin resquemor alguno, esa sonrisa o ese ¡Feliz Navidad!, que nos recuerda de esa hermandad innegable de toda la raza humana?
Volvemos a la teoría muchas veces ya comprobada, de que somos producto de una mentalidad o programación que se nos va inculcando desde la cuna y que inconcientemente vivimos y morimos con esos programas que nos han sido implantados.
Dicen los estudiosos, que si queremos habituarnos a hacer algo nuevo, solo tenemos que hacerlo durante unos 21 días, en forma ininterrumpida y esa acción se transformara en un habito y se volverá inconcientemente automático.
Yo personalmente, lo voy a probar, por los próximos 25 días pienso vivir como si todavía fuera la época navideña, voy a repartir saludos y sonrisas a diestra y siniestra, quizás de esa manera no solo que me sentiré mas contento, sino que pueda ser que a algún otro le arranque una sonrisa y lo haga sentir mejor. Quien diga que sea cierto lo de esa teoría y me vuelva una persona mas alegre y positiva.
¡Feliz todo el año y por siempre…salud!.
El Tordillo (disfrazado de filósofo)