Los rangers (guardias forestales) nos habían dicho de tener mucho cuidado, aparentemente los osos de la zona andaban alborotados y agresivos, en los días previos a nuestra llegada al Spanish River, habían ocurrido dos o tres incidentes donde los osos habían atacado a diferentes grupos de canoeros que andaban en la zona.
Nosotros acostumbrados a andar en los bosques del norte de Ontario por muchos años, los escuchamos pero en realidad no nos estaban diciendo nada nuevo, ya que en esas áreas remotas, no es difícil tener un encuentro con esas hermosas pero peligrosas criaturas. Por lo tanto no les dimos mucha bola a lo que decían.
Como siempre tomamos precauciones y al llegar la noche nos internábamos al bosque y lejos del campamento, colgábamos la comida como una piñata en una piola entre dos árboles y lejos del alcance de los animales.
En el campamento, teníamos las armas más usadas para repelerlos en caso de ataque, un espray de alta potencia que tira un gas a base de pimienta que es fuertísimo y supuestamente efectivo, una bocina de alto poder que se usa para asustarlos y por supuesto, siendo uruguayos, no faltaban junto a la cabecera del sobre de dormir, hachas y facones, que no nos servirían para nada en caso de ataque.
Pero la defensa más efectiva que tenemos, es que como dormimos solo bajo una lona con salida total y abierta en los dos lados, dormimos con un ojo abierto y prontos para correr.
Eso a mí me pone en desventaja, ya que como soy el más gordo y viejo, las chances son de que el oso me coma a mí, cosa que no disgusta a mis compañeros que siempre me dicen que tengo que perder peso, o conseguir uno más lento que yo para estos viajes.
En principio no tuvimos ningún encuentro con los osos, pero el tercer o cuarto día, llegamos a una zona donde los rangers habían puestos unos carteles muy evidentes, donde se prohibía bajar a acampar o siquiera poner pie en tierra ya que los animales estaban extremadamente agresivos y numerosos.
Nosotros tenemos por costumbre el hacer campamento a media tarde, cosa de disfrutar un poco del agua, preparar el techo para dormir, juntar leña y cocinar con la luz del día, en esta oportunidad eran como las 7 de la tarde y no encontrábamos donde hacer tierra, a eso de la 8 y con el sol ya escondido, encontramos un lugar que nos brindaba un poco de confianza, bajamos, a las corridas cada uno se dedico a su tarea, yo por supuesto a cocinar, a oscuras y a tientas prepare un tuco y herví unos fideos, comimos, tomamos unos vinitos, colgamos la piñata, nos acostamos tarde y cansados.
A cada rato uno de los cuatro sentía un ruido y enfocaba la linterna, así la pasamos casi como de guardia. A eso de la media noche, todos estaban dormidos, yo del lado de afuera del techo y mirando hacia el bosque me puse a pensar en lo que realmente nos habían dicho los rangers…
“Tengan mucho cuidado, los osos están muy pero muy activos y agresivos porque andan buscando mas proteínas para prepararse para el invierno, además es la época en que están alzados…”
Yo, ya entre sueños, pensaba… “no tengo problemas en darles la comida… pero si no es eso lo que buscan?
El Tordillo
MUY BUENA TIO TORDI,COMO DE COSTUMBRE.
ReplyDeleteYO_CLAUDIO