El Bagre Pintos, como siempre medio entonado, deambulaba por los caminos de la plaza con una botella en una mano y un diario en la otra, se tambaleaba y saludaba a todos los que pasaban.
Dio una, dos, tres vueltas y busco donde sentarse, el también al sol, ahí justo donde estaba el obispo, saludo con un cabeceo de teru teru y se asentó en la otra punta del mismo banco de plaza.Destapo la botella y con mucho cariño le dio varios besos, se apoltrono cómodamente, puso la botella en el piso, entre alpargata y alpargata, abrió El Heraldo que llevaba bien dobladito y se puso a leer, mientras que de vez en cuando le pegaba otro beso al pico de su compañera.
El obispo lo miraba y se encontraba molesto porque este señor se seguía emborrachando en la plaza, pero no abrió la boca ni se movió, de repente el Bagre lo mira y le pregunta...
“dígame Sr. Obispo, ¿Ud. sabe como es esto de que uno se agarra artritis?...
Aprovechando la oportunidad que le daban para dar un sermón le contesto… ¿ mire, el primer y mas grande problema empieza con el alcohol, los hombres se emborrachan, se fuman todo, empiezan a perder control de si mismo y entonces van a los prostíbulos, se asocian con meretrices, se agarran enfermedades venéreas, de ahí va todo barranca abajo, hasta que terminan con una artritis atroz…”
El Bagre dijo… “Pahhhh” y mas nada.
En eso el obispo se empieza a sentir culpable por el sermón engañoso que le había hecho a su interlocutor, lo mira y busca entrada para abrir la conversación otra vez,…
“¿me lo preguntaba porque Ud. esta sufriendo de artritis?...
Y el otro, con brillo de picardía en los ojos y una sonrisa, le respondió…
" no, lo que pasa que estaba leyendo aquí en El Heraldo, que el Papa, alla en Roma, hace años que viene sufriendo de artritis, y quería saber como se la había agarrado”.
El Tordillo