En general, me considero un tipo bastante religioso, miento si digo que voy a misa con continuidad, pero trato de vivir de tal forma, que no tenga necesidad de confesarme seguido, los momentos en que me siento más espiritual es cuando ando solo en el monte o en la San Cono en la tranquilidad de un lago o rio, es decir que siento la presencia de Dios, casi siempre cuando estoy rodeado de su obra natural.
Por fortuna he podido viajar mucho, por lo tanto, he visto templos de todo tipo y de todas las religiones, me he sentido a gusto tanto en una mezquita como en una sinagoga, no me asusta ninguna religión ni tampoco siento que haya mucha diferencia entre una y otra, básicamente todas la religiones exigen lo mismo, vivir de una forma de la que no te tengas que arrepentir, tratar a los demás como te gusta que te traten a ti, ser honesto y más que nada fiel a tu propia forma de ser.
La iglesia nos pide que seamos sencillos, que hagamos caridad, que no nos atemos a los placeres y las riquezas mundanas…pero…
En Europa recorrí y visite iglesias majestuosas, capillas dentro de castillos que son pequeñas catedrales, desde la impresionante visión de la catedral de Salzburgo, hasta el enorme monumento que es la entera ciudad donde San Francisco de Asís camino en sus raídas franciscanas, el Escorial, San Marco en Venecia, el Domo de Milán, Notre Dame de Paris o la Sagrada Familia en Barcelona y todas la otras grandes creaciones de hombre y que son muchas para enumerar.
Personalmente nunca me sentí mas lejos de Dios y de mi casa espiritual, que cuando visito esos lugares, aprecio su arquitectura y su historia, pero no lo puedo hacer compatible con los quehaceres del espíritu, nunca me sentí más triste y desolado, más alejado de la divinidad que escuchando una misa con decenas de obispos y prelados, en el seno de la Catedral de San Pedro en el Vaticano. Los coros parecían profesionales de una obra teatral, los sacerdotes se movían como si el mundo se hubiera hecho solo para ellos, las majestuosas y hermosas columnas eran solo parte de la escenografía, los caros y coloridos mármoles me rodeaban física y espiritualmente de tal forma que me sentía como prisionero de mis propias creencias, en una cárcel hecha por los que están supuestos de ser mis maestros y salvadores. No sé si estoy haciendo sacrilegio, con mis comentarios y mis sentimientos, pero como tengo necesidad de rezar y de llenarme de paz espiritual, voy a preparar la San Cono, y perdido en la tranquilidad de un rio, pensare en El y me sentiré cerca, estoy convencido de que los templos son para agasajar a sus creadores y no al Creador.
El Tordillo
Siempre tan sabio y tan acertado ,me pasa igual nada más lejos que sentirme cerca de Dios cuando estoy en un templo lleno de lujos ,y salgo a la calle y veo alguna viejita o algún discapacitado pidiendo una limosna...un abrazo.
ReplyDeletePor lo menos veo que somos mas los sacrilegos, no estoy solo. Gracias y saludos
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