Publicado por el diario El País en el día de hoy.
Por favor leer aclaracion al pie de la nota.-
Ciudades
FLORIDA
"Se está incendiando la escuela"
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"Se está incendiando la escuela"
Fuego. En 30 minutos un centro rural de Florida fue consumido por las llamas Un liceo, una finca precaria y un bebé fueron víctimas de otros siniestros
FLORIDA ALEXIS TRUCIDO
FLORIDA ALEXIS TRUCIDO
Las ruinas asoman tras una espesa niebla y cinco grados de temperatura. Todo es gris. Hasta los ánimos. De la escuela Nº 46, Paso del Rey, de la localidad de Chilcas y Chingolas, quedan sólo restos chamuscados.
Es un lunes atípico para el centro ubicado a 130 kilómetros al noreste de la ciudad de Florida. Shirley Anabella Píriz, de 10 años, es la única alumna que asistió. Pero no hay clases, ni asientos sanos donde sentarse. Ni escuela,
El escudo, el cartel, tres garrafas, el libro diario y unos pocos bancos rotos es todo lo que queda, para asombro de una delegación de la Intendencia de Florida que llegó al lugar para evaluar daños y colaborar. "Me quedé llorando. Mis amigos lloraban conmigo", cuenta la pequeña a El País, al recordar el incendio que, más que la escuela, consumió el centro de la vida del poblado que apenas pasa los 50 habitantes.
El viernes al mediodía todo era normal. La maestra directora, Miriam Abreu, mandó a la pequeña a lavarse las manos junto a sus ocho compañeros. La estufa que calefaccionaba todo el lugar estaba encendida, como de costumbre.
Miriam cuenta: "Cuando los niños salen, me llama la auxiliar de servicio (Francisca) y me dice: `Se nos está incendiando la escuela`. Lo menos que pensaba era eso. Me desesperé, los niños me rodeaban. Me decían que llamara a los bomberos. No tenía medios, estaba sin recursos y lo único que atinaba era a apagar el fuego".
Un tirante junto a la parte superior de la estufa a leña se había recalentado y tomado fuego. El cielorraso de espumaplast y paja avivó las llamas que se extendieron para consumir todo a su paso. Las chapas de zinc de encima contenían el calor abrasador que hizo estallar algunos vidrios.
"Salí y lo único que hice fue llamar a los vecinos de al lado. Ella (la directora) quedó petrificada. No creía. El vecino y dos muchachos vinieron, pero no alcanzaron a poder apagar nada. Era mucho humo", dice Francisca.
Cuando los primeros tirantes quedaron reducidos a carbón, las chapas se aflojaron. "Volaron, entró aire y parecía un infierno. Algo horrible", continúa la auxiliar.
En casi 30 minutos los cerca de 300 metros cuadrados fueron consumidos.
SOLIDARIDAD. Chilcas y Chingolas está conmocionado: la escuela que ha dado vida al pueblo se esfumó. Cuando vinieron los bomberos -una dotación de Sarandí del Yí a 40 kilómetros- ya era tarde.
La escuela tenía varias computadores, televisión, equipo de audio, cocina, licuadora y batidora. "Eso se había ido equipando con donaciones. Nosotros tratamos de salvarlos, pero en donde Dios puso la mano fue en acordarnos de las garrafas", cuenta Miriam. Los envases de gas de 13 kilos estaban llenos. "Habríamos volado todos", dice la maestra.
Hace algunos años el centro llegó a albergar a casi 40 niños. Luego pasó a 13 y actualmente concurren nueve.
"Ahora necesitamos todo. No he salido del shock y no se le deseo a nadie, pero precisamos todo", señala Miriam. Shirley, como alumna entusiasta que es, enumera las necesidades: "Libros, escritorios, bancos, una nueva escuela. Un baño para la maestra, una cocina para la cocinera, tachos, cucharas, platos, tenedores y cuchillos. Y una computadora para trabajar porque mis compañeros están mal".
Para Óscar Gómez, consejero de Primaria, "a pesar de la desgracia, la buena noticia es que los niños comenzaron hoy (por ayer) las clases en una capilla que fue cedida al Consejo mientras buscamos soluciones. Perdieron sólo un día".
Los próximos pasos a dar, explica Gómez, son incluir a la escuela en el próximo presupuesto para volver a edificarla o instalar un salón prefabricado. Respecto al material fungible como libros y mobiliario, dice que lo repondrá la Inspección Departamental con el que tienen a disposición en depósito.
La capilla San Pedro Apóstol, así como la policlínica Países Bajos, son administradas por Iris Olivera, de 68 años. Lo hace en forma honoraria desde hace varios años. La policlínica, por ejemplo, fue donada por un grupo de holandeses y tiene casi todas sus habitaciones vacías, al igual que el botiquín. Un lavatorio, una balanza para bebés y una cocina a leña componen las instalaciones.
Ahora el esfuerzo de Iris deberá redoblarse. "Quiero el pueblo. Mis ochos hijos se educaron en esta escuelita y aprendí a quererla mucho", dice. Y agrega: "Lo sentí mucho y lo seguiré sintiendo. Quiero ser un pilar en algo que se pueda solucionar. Tengo mis años y quiero que no bajen los brazos. En Uruguay somos todos hermanos y todos nos queremos".
Mientras tanto, en el otro extremo del continente, Juan Pintos, un floridense radicado en Canadá, se enteró del incendio a través de El País Digital. En las últimas horas, junto al escritor floridense Marciano Durán, realizaron allí un asado para recaudar fondos y ayudar a las escuelas rurales del Uruguay. Pintos inició este lunes los contactos para extender el donativo a Florida, que en principio rondaría en unos US$ 6.000.
Gómez todavía no tiene noticias de esa donación, pero estima que a US$ 550 el metro cuadrado de construcción como mínimo, ese dinero sólo alcanzaría si se pudiera contar con mano de obra voluntaria o del Plan de Equidad del Ministerio de Desarrollo Social.
La Intendencia, por su parte, definió ayer que la Dirección General de Desarrollo Social estará a disposición de las acciones de Primaria y que "el intendente Juan Giachetto hará las gestiones que se necesiten para reconstruir la escuela", indicaron fuentes oficiales.
Unas 50 personas y ningún medio de transporte
Chilcas y Chingolas son dos rancheríos que están a un kilómetro de distancia, ubicados en la 6ª sección judicial del departamento de Florida, a la vera del camino que une Mansavillagra con Montecoral, al Noreste del departamento.
El nombre se debe a la característica planta del lugar y a dos hermanas, Elisea y Ramona Pinela, apodadas "las chingolas".
En el censo de 1963 tenía 200 habitantes, pero hoy son 53. En unas pocas casas hay nueve familias: cinco en Chingolas y cuatro en Chilcas. El año pasado hubo apenas dos nacimientos.
El poblado tiene caminos de balasto, agua potable y energía eléctrica, pero no alumbrado público. Pese a la mejora de los caminos, no hay medios de transporte que pasen por allí. Los jubilados por ejemplo, deben alquilar un taxi a $ 520 para ir a cobrar a Capilla del Sauce, el lugar más cercano, a 20 kilómetros.
Un médico va unas cinco veces al año.
El teléfono de Antel no funciona y la comunicación es sólo vía celular.
No hay trabajo estable por lo que todos en el poblado viven de una jubilación, changas, esquilas o yerras. Quienes terminan la escuela no pueden ir al liceo o aprender un oficio porque no tienen medios ni transporte para ello.
Nadie planta en el lugar pese a la disponibilidad de la tierra. Los jueves concurre un verdulero y los lunes y viernes un panadero.
Las cifras
9 Es la cantidad de alumnos que tiene la escuela rural N° 46 de Chilcas y Chingolas, aunque supo albergar a casi 40 niños.
6000 Cantidad de dólares aproximada que juntaron desde Canadá los uruguayos con un asado de beneficencia para las escuelas rurales.
30 Son los minutos que duró el incendio en la escuela el viernes pasado y que dejó como saldo pérdidas totales prácticamente.
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Aclarando:
1) El asado que se realizo a beneficio de escuelas rurales ya estaba programado para otras escuelas, como se hace desde hace 5 años, lo que se va a hacer es ayudar a esta emergencia a costas de los otros planes que se tenían.
2) Lo organiza un grupo de uruguayos en Toronto, no Juan Pintos, el Sr. Marciano Duran era invitado especial y no organizador.
3) La cantidad de dólares canadienses es de $ 6000, equivale a alrededor de $5000 americanos. Y acá nadie llamo para verificar la veracidad de esta noticia, yo lo único que hice fue llamar a Radio Florida para buscar contacto con la escuela.
Pido a través de este medio que alguien de la Comisión de fomento de la escuela o la directora me escriban a jpintos@trebnet.com , para arreglar detalles.
Juan Alberto Pintos
Toronto- Canada
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