Wednesday, June 17, 2009

Este es un mensaje que nos envio Walter Martinez desde Sidney Australia.-
From: Walter Martinez
To: jpintos@trebnet.com
Sent: Tuesday, June 16, 2009 10:35 PM
Subject: Fwd: Acerca de la situacion de las Escuelas Rurales en el Interior profundo de Uruguay
Estimado Juan Alberto: recibe un afectuoso saludo desde Sydney, tanto de los simpatizantes del Grupo G.U.R.I. así como en el mio propio, extensivo a tu familia y compatriotas.Adjunto encontraras una pequeña reseña de lo vivido en Tacuarembó en marzo y mayo/09, seguramente en Florida habrás visto cosas similares o, quizás por estar mas cerca de la capital y mejor comunicado, las cosas sean diferentes.Me gusto la idea de que algún día nos encontráramos, si no pasa nada y el toro me deja, como decía un paisano de las costas del Santa Lucia, en marzo/10 vuelvo a nuestro querido Uruguay para brindar nuevas ayudas.Allí tengo mi ranchito (Andes 1358/705 esq. 18 de Julio, Edif. León), casi siempre me quedo 3/4 meses; eche pie a tierra nomás y mientras tomamos unos amargos, charlaremos largo y tendido de los distintos aconteceres que nos ha tocado vivir.Un abrazoWalter

De: Walter Martinez <guriinc.nonprofit@gmail.com>
Fecha: 15 de junio de 2009 16:46
Asunto: Acerca de la situacion de las Escuelas Rurales en el Interior profundo de Uruguay
A nuestro regreso de Uruguay, luego de colaborar con diferentes Escuelas Rurales en el departamento de Tacuarembó, es imprescindible dar a conocer a la opinión publica en general las condiciones en que se encuentran muchas Escuelas de la campaña, sus carencias, las causas y la importancia que estos "centros cívicos" tienen en las apartadas zonas del campo oriental.Comenzando por las causas diré que, resulta muy difícil explicarse como en la segunda mitad del siglo XX y en lo que llevamos del siglo XXI, las autoridades de distintos países en el mundo -salvo excepciones- apuntan a concentrar sus gentes en zonas urbanas y sub-urbanas, desatendiendo los fértiles campos o embarcándose en modelos de producción de monocultivos agrícolas y forestales.El pequeño y mediano productor rural de otrora está en vías de extinción, no se incentiva la producción agrícola familiar, son muchas las personas que se encuentran en un callejón sin salida y emigran a los centros poblados, pasando en muchos casos a formar parte de los cinturones de pobreza allí existentes, un circulo difícil de romper.Uruguay no es ajeno a este fenómeno en donde las periferias de los pueblos y ciudades crecen en detrimento de la campaña. La ausencia de planes para afincar a los habitantes en el campo pone a las claras una de las principales causas de la inmigración hacia los núcleos urbanos; en los últimos 15 años se estima que 700.000 uruguayos cambiaron de residencia.Al parecer el modelo productivo que tiene nuestro país llegó para quedarse, está dirigido a una producción industrial sin agricultores, esto va destruyendo poco a poco el entramado social de la campaña.La contradicción mayor que el país enfrenta es que gran parte de nuestra riqueza está en el campo -mas del 85%- pero, está riqueza esta cada vez en menos manos, hoy menos del 9% del total de la población (3.255.000 hab.) vive en el, o sea, menos de 300.000 personas; 2 millones viven en Montevideo y Canelones.Con un sistema educativo que hace décadas está apuntando a la baja, sin políticas sociales responsables que respeten las realidades locales, la sociedad se va vulgarizando y hoy en día casi el 50% de los niños nacen en hogares pobres, problema sin duda de difícil solución, si es que la hay.Pero, en estos campos cada vez mas desolados, existe una Institución que tiene un valor fundamental, la Escuela Rural. Es vínculo entre si misma y la comunidad, es la única presencia de lo público o del Estado en cada zona o paraje.Allí no solo se enseña y se aprende, sino también es en donde se reune la comunidad, la sociedad rural, las cooperativas de mujeres productoras, grupos de jóvenes, asociaciones de fomento, veterinarios del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca para llegar a sus destinatarios, los hombres del campo.Vale decir que, la Escuela Rural "acaparó" una función para la cual no había sido creada por su fundador José P. Varela.Las Maestras y Maestros rurales viven en cada escuela una realidad que no se vive en pueblos y ciudades, aislados, fuera de sus hogares y lejos de sus familias de lunes a viernes, recorriendo grandes distancias por caminos poco menos que intransitables, sin luz eléctrica, con problemas de agua potable y en casos puntuales con nidos de murciélagos en los cielorrasos.En el departamento a que hago referencia de 95 Escuelas Rurales, 40 no tienen corriente eléctrica, si bien tienen placas solares, las baterías son obsoletas y las instalaciones eléctricas precarias y peligrosas.En algunas escuelas han tenido la heladera (a gas) rota por cuatro años y en otras escuelas simplemente no hay heladera, escuelas sin agua potable por mas de 5 años; otras veces si se termina el gas de la garrafa de la cocina antes de fin de mes hay que echar mano a la cocina a leña, -si la hay-, nadie garantiza que puedan tener gas nuevamente al día siguiente dado que las distancias son enormes hasta el centro poblado mas cercano.Los problemas en los techos, aberturas y de pintura no son pocos, hay salones que se llueven, estufas y ventiladores brillan por su ausencia.Muchas de las escuelas tienen pocos alumnos, por lo tanto la maestra/o es unidocente, es decir, atiende todos los niveles de 1ro. a 6to. en un solo salón, lo que está demostrado que es bueno para el aprendizaje de los mas pequeños que oyen de los mayores e interactúan en clase.En las Escuelas Rurales se construye ciudadania, los docentes son referentes en cada zona, además de impartir enseñanza, cuando cada fin de semana vuelven a sus hogares compran diferentes cosas para los padres de los alumnos que les llevan el lunes cuando regresan.Muchos de los niños que concurren a estas escuelas nunca irán al liceo, desidia a veces, trabajar en el campo o las distancias son las razones principales, es por ello que la función del maestro rural es fundamental en la soledad de la campaña y necesitan apoyo.Los juegos didácticos son inexistentes, se carece de material adecuado ; si bien el tema de la alimentación está bastante mejor que hace algunos años, se hace muy difícil transportar alimentos a veces por mas de 150 km y que estos lleguen en buen estado.Hay niños en el campo que comieron bananas a los 8 añitos de edad, existen niños que comen 4 platos los viernes pues saben que el fin de semana no abundará la comida en sus casas, el presupuesto muchas veces no alcanza, en un caso puntual una maestra le da desayuno, almuerzo y postre con $10.50 ( $A 0.75) por día a cada niño.Encontramos maestros haciendo auto-stop en la ruta pues no tienen suficientes boletos para terminar el mes; cuesta pensar que a estos "pioneros de la intemperie", con todo lo que representan y hacen, no se les provea de todas las garantías para su desplazamiento.Al final de cuentas, no parece que estos niños del campo de hoy, quieran quedarse a vivir en el cuando sean adultos, muchos de ellos se irán al pueblo mas cercano o a la ciudad, ensanchando aun mas las soledades de los campos que, se agrandan cada vez mas como las estancias.Sin duda aquí hay alguien que pese a ser repetidor por décadas, sigue haciendo mal los deberes...
Por G.UR.I.Inc
Walter Martinez Anro
Public Officer

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