Andábamos recorriendo un lugar en Inglaterra que se llama Devil’s Dyke (El Dique del Diablo), una zona de colinas gigantescas, donde los ingleses van a caminar, andar en bicicleta, pasear con la familia y muchos a correr y ejercitarse. El terreno tiene subidas y bajadas enormes, los trillos van para aquí y para allá, se cortan, se entrecruzan, un sol fuerte calienta la tarde otoñal. Nosotros, Anahi, Lara, Titina y Yo, nos regocijamos con la belleza que nos rodea y caminamos lentamente de un lado para el otro.
A la distancia, una figura delgada y esbelta, corre a paso firme, aparece y desaparece con los desniveles del terreno, sentado en un banco rustico lo miro y lo admiro, lo debo haber divisado cuando estaba a dos o tres kilómetros de distancia, me pregunto para que se estará entrenando, será un corredor olímpico? espero a que se acerque más para verlo pasar, cuando llega a nuestro lado, como si supiera que lo estoy esperando, se para a acariciar a mi nieta y empieza a conversar con nosotros. Es un hombre de 72 años, que nos cuenta que se está entrenando para los juegos Masters de Inglaterra, este señor de alta de edad, dice que quedo viudo hace un tiempo, que para combatir la soledad se dedico a correr, casi sin saberlo y sin darse cuenta, estaba corriendo 12 a 15 kilómetros por día en esas colinas cercanas de su casa.
Nos dio la bienvenida a Inglaterra, nos deseo buen viaje, tomo un sorbo de su botella de agua y saludando se dio vuelta para seguir su camino. Nos quedamos por varios minutos mirando como desaparecia en la distancia, con la misma velocidad y prestancia con la que lo habiamos visto acercarse.
Mi esposa y mi hija maravilladas comentaban que lindo momento que habían pasado, que cosa bonita que ese hombre, para combatir el dolor y la soledad se hubiera dedicado a correr a esa edad…Anahi me mira y me dice, “papi, me parece que está en mejor estado que vos, si te agarra te saca cuatro kilómetros en cinco”.
Casi ofendido por lo que me decía, la mire fija y con toda la autoridad de ser su padre dije… “si lo agarra el Pajarero, que tiene como ochenta, se lo come en dos panes”.
Un homenaje más que merecido para el veterano e interminable corredor. (Foto gentileza de floridaonline.com.uy)
No comments:
Post a Comment